Cuarta temporada de “Todas las criaturas grandes y pequeñas” compuesta, como las precedentes, de seis episodios y el especial de navidad (que a la hora de publicar esta reseña aún no se ha estrenado). Y la serie continua con su exhibición de buenos sentimientos, amor al campo, a los animales y a la vida rural.
Ya inmersos en la 2ª Guerra Mundial hemos perdido a Tristan que se encuentra en el frente, por lo que perdemos el alivio cómico que suponía el personaje interpretado por Callum Woodhouse aunque, como novedad, aparece otro joven e inexperto veterinario que ayudará a Sigfried y James Herriot. Como novedad, tenemos bastante más de romance pues al matrimonio de James y Helen se une el problema del ama de llaves, la Sra. Hall. Unos temas comunes que sirven de argamasa a unos episodios que aunque rodados en los mismos paisajes de Yorkshire parecen casi conclusivos pues en bastantes episodios investigan algún caso de enfermedad animal a nuevos granjeros.
Un serial que no necesita de grandes novedades y sí de seguir ofreciendo lo que el público demanda: buenos sentimientos, bella fotografía, una idílica vida rural y unos problemas económicos, laborales o amorosos que no solo deben acabar bien sino que les sirvan a los personajes para aprender de sus errores, pedir perdón y no perder nunca la compostura.
“Todas las criaturas grandes y pequeñas” es una “rara avis” es el mundo televisivo, un tipo de programa que funciona bien en Inglaterra como se ha podido observar en otros títulos como “Downton Abbey”, “Los Durrell” o “Padre Brown” donde los nobles de corazón y los valores tradicionales triunfan, frente a la gran mayoría restante más interesada en los problemas de hoy en día. En esta familia de veterinarios no hay sexo, ni maldad y las ironías suelen ser bien encajadas y perdonadas. Hasta el humor es blanco. Lo mejor de todo es que funciona a la perfección y todos los episodios se ven con agrado, una sonrisa y sin mirar nunca el reloj pues su ritmo es el adecuado. Se nota la dirección de gente tan experimentada como Brian Percival (aunque en un episodio de esta entrega exista una transición bastante “chapucera”, no sabemos si falta algún fotograma en montaje porque es imperdonable en una producción de Channel 6). A pesar del grosero error antes descrito, la factura formal es portentosa y aunque no hayamos estado jamás en Darrowby ni en Yorkshire parece que ya conozcamos el territorio como si tuviésemos un mapa.
El reparto es el conocido con Nicholas Ralph a la cabeza, con Samuel West, Anna Madelay y Rachel Shenton como absolutos y eficaces protagonistas. Y para las próximas entregas deben aparecer dos nuevos habitantes más a la casa pues tenemos un precioso gato que se suma a los dos perros como mascotas y un próximo bebé aunque veremos si James puede verlo nacer pues ha sido llamado a la guerra, a defender el Reino Unido. Mientras tanto que placer da ver algo tan bonito frente a toda la fealdad existente. En pocos lugares triunfaría este monumento a la candidez y a las cosas sencillas que es “Todas las criaturas grandes y pequeñas”.
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