Marea es mucho más que una banda de rock. Es una familia. Nunca he visto un grupo tan cercano y amable con sus seguidores. Lejos de endiosarse y aislarse del mundanal ruido, los de Berriozar tratan a sus fans con un mimo que es muy de agradecer. Así lo hicieron con el fan que había viajado desde México a Zaragoza para verlos y con todo aquel que estuvo implicado de una u otra manera en el concierto de anoche. Para esta gira Sin riendas 2023, han conseguido que todas las entradas valgan lo mismo (33€) y los precios de las bebidas sea el mismo en todos los conciertos. Si eso no es mimar a su público, que venga Mick Jagger y lo vea… Marea es una forma de entender el rock y la vida. 25 años de carrera les contemplan y no podemos decir que la cosa les haya ido nada mal. La poesía de Kutxi Romero se combina con la maestría de Kolibrí (guitarra), el fiera del Piñas (bajo), el salvaje Alén Ayerdi (batería) y el siempre efectivo César Ramallo (guitarra). Todos ellos y la pasión que provocan en su público hicieron del de ayer un concierto que sus fans no olvidarán fácilmente.
Abrieron fuego Bocanada, capitaneados por Martín Romero (hermano de Kutxi) salieron a darlo todo y no dejar prisioneros. Si Kutxi es todo poesía y contención en el escenario, Martín es todo lo contrario: un explosivo animal escénico que no paró de bailar, saltar y correr durante todo su concierto. Se saben los hermanos pequeños de Marea pero no se dejan amedrentar, Bocanada son todo un espectáculo en vivo que bien vale la pena disfrutar. No los conocía y me sorprendieron muy gratamente con su combativo rock urbano.
Llegó el turno de Marea y se notaba en el ambiente esa expectación previa que muy pocos artistas saben crear. Cuando salen a escena se nota esa complicidad con el público tejida a lo largo de los años a base de respeto y admiración por ambas partes. Empezaron fuerte, muy fuerte, pisando el acelerador a tope con ‘Otra cicatriz’, ‘Más me duele a mí’ , ‘Ceniciento’ y ‘La grillera’, temas de su más reciente LP Los potros del tiempo (2022) y que fueron recibidos entre vítores por sus fieles seguidores. Explicó Kutxi que tocarían sus viejos clásicos pero que estas canciones nuevas eran como esos niños feos a los que también hay que sacarlos al parque por la tarde. Y así lo hicieron. Fueron más de 2 horas del mejor rock urbano en castellano de las últimas décadas. Marea mantienen encendida la llama del rock urbano que prendieron en su día grupos como Leño, Extremo Duro, Los Suaves o Barricada. Lamentablemente, a ninguno de ellos es posible verlos en vivo hoy. Hablando de Barricada, tocaron ‘El trompo’ e hicieron un sentido homenaje a Boni con Kolibrí tocando la guitarra del desaparecido guitarra de Barricada.
Pero no había descanso, la tralla no cesaba. Kolibrí estuvo excelso en sus solos y El Piñas no paró de moverse y animar al respetable como un poseso y cantó de manera más que aceptable ‘Trasegando’ y ‘Alfileres’. Todo ello sin apenas descanso. Ya te digo, fueron más de 2 trepidantes horas en las que no hubo un momento de respiro. ¿He dicho ya que Marea son una gran familia? A escena subieron el hijo de Kutxi y su hermano Martín hizo acto de presencia una vez más para acabar ambos hermanos por los suelos. Como era de esperar, rescataron cañonazos como ‘Mierda y cuchara’, ‘Manuela canta saetas’, ‘Barniz’, ‘Corazón de mimbre’ o ‘En tu agujero’ para acabar por todo lo alto (tras un parón de 4 minutos para ir al baño) con ‘El perro verde’ y ‘Marea’. Uffffff. Que no baje la marea.
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