Me pongo al día con las crónicas que tengo pendientes porque, eso sí, últimamente veo mucha música en directo y las actualizaciones en esta casa, por mi parte, van a venir en muchas ocasiones de dentro de las salas de la Comunidad Valenciana.
De forma improvisada y en el último momento decido ir a ver a los de New Orleans, SICK THOUGTS, la banda del irreverente de Baltimore, Drew Owen, que publicó este mismo mes su último EP, Born To Blizkrieg (2023) con cuatro temas de la hostia continuando con esa tradición ‘old school punk’ neoyorkino del ’77. Vamos con la crónica. Va a ser muy ‘punk’ también…
Y bien, era martes, llegué poco antes de las 21:00h., hora del concierto, y la entrada era más bien pobre, pero bueno, era todavía pronto y esto es el Punk, improvisación y última hora… Me encontré sorprendentemente con Pete Sala, bajista de Corazones Eléctricos, charlamos un momento en el que aproveché para darle la enhorabuena por el nuevo disco… ¡¡¡y me dijo que sólo se había pasado a saludar!!! Marchó instantes después ja, ja, ja.
A todo esto, Mr. Owen salió con toda la tranquilidad del mundo pasadas las 21h. y se ubicó en el puesto de merchandising como si no fuese con él el bolo que tenía que dar… ¡¡¡en esos momentos!!! ¡Punk style!… Le saludo, le pillo algo de merchan… y sigue la tranquilidad… se acaba otro quinto… y otro… ¡y allí sigue el tipo!…
En fin, que el concierto comenzó casi a las 21:40 y quiero pensar que fue para ver si acudía más gente a la sala… En líneas generales, fue un concierto decepcionante, salió desganado, interpretó desganado y finiquitó desganado y eso que fueron a piñón en un concierto que duró… ¡¡¡¡25 minutos!!!!! Que sí, que sí, que esto es punk ramoniano, a la Dead Boys, Dictators, Dead Kennedys, ¡sé de qué cojones va esto!, pero, joder, ¡qué menos que toque 40/45 minutos! y que no de la sensación de estar mirando la hora para pirarse (quizás se guardó energías (y repertorio) para el bolo del día siguiente en la sala FunHouse de Madrid…). Comenzó el bolo con su nuevo «Sick Thoughts» (el tema) y continuó sin hacer prisioneros con el tema inicial de su LP anterior, «I Hate You», todo pintaba de categoría, pero le ibas viendo, le ibas calando y ahí (me centro en él, no en su banda) sólo había ganas de coger los trastos y marcharse… Lo único positivo es ver lo cohesionada que está la banda que le cubre las espaldas con dos guitarristas muy solventes (uno de ellos con el ‘mullet’ hairstyle que volvieron a poner de moda los Amyl & The Sniffers), una bajista con pinta de pija inicialmente, pero tocando con una actitud y un empuje que contrastaba mucho con su ‘outfit’, y un baterista que es todo un espectáculo por su extravagante y generoso físico y su potentísima pegada. Nada más que decir. A casita. Punk Time…
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