Pizzas y neón. Comida basura como atrezzo. Así es el punk pop de La La Love you, un grupo al que nunca había visto en directo. Ya era hora.
Me sorprendo al ver la euforia de las primeras filas (todo gente muy joven). Veo que hay otra música que escuchan los adolescentes. No todo va a ser reguetón. Suena “Más colao que el colacao”, una letra naif sobre un tema bastante común. Definitivamente, La La Love you no han inventado nada. Sus letras no son muy elaboradas, para qué vamos a negarlo, aunque admito que conectan sobremanera con su público. Parecen instalados en una nostalgia eterna de una época que por su edad no debieron vivir. Los 80 y los 90 les quedan lejos a ellos y a esos fans al borde de la afonía ya en la primera canción, pero la cosa funciona.
Lydia Carré ha sustituido en el bajo a Celia Becks (una tarea bastante complicada y lo hace francamente bien), ahí siguen Roberto Amor (voz y guitarra), David Merino (voz y guitarra) y Óscar Hoyos (batería). No son unos virtuosos pero dan el pego y el público enloquece coreando sus pegajosos estribillos como en “El momento perfecto” o “Big bang”. No puedo dejar de flipar con la versión de “Tenía tanto que darte” de Nena Daconte. Hay hueco también para temas de su nuevo trabajo “Blockbuster” como “Himno (para los que están jodidos)” y “El principio de algo”. Incluso invitaron a subir al escenario a tres personas del público bailar con ellos “La pócima del amor”. Estos chavales han venido a pasárselo bien. Se nota. Se aventuran a crear en directo su propia “Canción del Verano” con trozos de éxitos veraniegos ajenos. Sin pudor de ningún tipo. Esto es una fiesta.
Confiesan que el setlist es configurado sobre la marcha por Óscar (batería) según ve él el ánimo del respetable. Bienvenido a los conciertos interactivos. Con muy poco hacen partícipe al público, les basta soltar unos balones sobre el público para desatar la euforia mientras tocan “Que nada nos pare”. Para el broche final se guardan, como era de esperar, en esto no ha habido sorpresas, “El fin del mundo”. Su “Y tú bailando, bailando, bailando” de ‘El fin del mundo’, uno de los estribillos más tarareados hasta en Japón con cerca de 100 millones de reproducciones. Se dice pronto.
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