El uno de julio de 2023, en la acogedora ciudad del Turia, será recordado en esta revista por muchas cosas que se sucedieron a lo largo del día. Este sábado, un servidor y tres miembros más de esta publicación nos veíamos por primera vez las caras. Fue un encuentro más bien sexual, ya que no parábamos de tocarnos pensando, “es verdad, lo tengo a mi lado”. Pero vayamos con lo importante, con los verdaderos protagonistas de la noche.
Desde Asturias llegaban los Leather Boys, o lo que es lo mismo, los chicos del cuero. Una banda con influencias del rock de los 70 y 80, aderezadas con ramalazos action rock escandinavo, que suda rock’n’roll por todos los poros de la piel.
Y así, entre toqueteo y toqueteo, comenzaba el concierto de esa noche con un perfecto sonido, con esas guitarras que rasgan el ambiente y hacen que su electricidad se contagie por todo tu cuerpo, subiendo desde la espina dorsal y estallando en chispas bonitas dentro de tu cabeza.
Leather Sex, el maestro de ceremonias interrumpía el concierto con sus divertidas y salvajes intervenciones, en las que nos recordaba ese maravilloso libro que acaban de publicar, Tales From The Underground (2023), en el que cuentan todas sus correrías por este mundo congelado, y en el que ellos ponen su fuego para calentarnos un poco y salir del pasmo que nos invade normalmente.
Si tuviera que resumir en pocas palabras la actuación de los Leather Boys, estas serían actitud y diversión. Y esto, sumado a encontrarte con tus amigos como si fuera el primer día con la novia para tomar unas cervezas, ya es la apoteosis del placer. Desde hace muchísimos años, pienso que el mayor placer del hombre es tomarse unas buenas cervezas con los amigos, y si esto lo haces en medio de un concierto con Leather Boys, la situación adquiere una magnitud descomunal.
La banda asturiana iba desplegando su repertorio con gracia y rabia, con un oxígeno que es el que nos falta a nosotros en nuestra vida cotidiana, y a por el que venimos a respirar de vez en cuando de la mano de estos magníficos hard rockers que hicieron de pulmones de la noche valenciana. Así pues, estábamos unidos por el rock, por el oxígeno de la vida… y por dos joyas, entre muchas otras, del Hard & Sleazy como “Tales From The Underground” y “Stranded” en la que Lazy Lane se subió a las tablas a berrearla con ellos. Todavía no comprendo cómo en este país, y con la que está cayendo, (porque uno ya no cree absolutamente en nada más que en la música) no están todas las salas llenas para entrar a ver a nuestros héroes y poder así disfrutar de la vida verdadera, no del apaño barato que nos tienen preparado los que nos gobiernan y por el que nos llevan de lado a lado. Y me da igual a qué bando mirar, el panorama es desolador.
Pero afortunadamente esta noche, teníamos nuestras cervezas y a los Leather Boys, con su rock directo a la sangre. Solo me queda darles las gracias por haber contribuido tanto a nuestra felicidad aquella noche y decir también que a dios pongo por testigo (si es que ese señor existe y no es un trabajo que se lleva a cabo por turnos de 24 horas) que jamás volveré a pasar sed.
Y tras otro nuevo refrigerio en formato cebada se subieron al escenario las grandes estrellas de la noche, Pölvora, ese grupazo valenciano que en muy poco espacio de tiempo se ha ganado a pulso nuestra incondicionalidad y fanatismo. Ahí estaban Jose Li (drums), Rubén (bass), Lazy Lane (vocals) y las incendiarias guitarras de Alex Simón e Izzra Ferrer para dar lo mejor de lo mejor en su feudo y seguir dejando bien a las claras el por qué Fuego y Ceniza (2023) es uno de los mejores discos de Rock’N’Roll del año presente.
Comenzaron pasadas las doce y cuarto de la noche y dieron un espectáculo tan atronador como apasionado vaciándose al máximo ante los allí presentes. Desde que el Comando Levante presenció su estreno en diciembre del pasado año he de decir que los temas de Pölvora han tomado un empaque y un músculo mucho mayor, incluso hasta diría que casi todas las canciones me suenan a himnos para disfrutarlos al máximo en primera fila… ¡¡¡como así me encargué de hacer!!!.
Venían con sorpresas en el setlist, así nos lo anunciaban con antelación, pero huelga decir que descargaron todos y cada uno de los temas de su debut y que tienen un comienzo pero que muy killer si de un plumazo te escupen en la cara “Una Vida Sin Más” con esa aura Billy Duffy tan deliciosa en el riff, “Cuchilla y Plomo” y “Sicarios”. Arriban dos epatadores himnos como el hitazo ‘a la Thin Lizzy/AC/DC’ “Nunca Más” o un trallazo sónico y vital para quien suscribe como el atmosférico y ‘looser’ “Verte Caer”. Llegados a este punto, me dí cuenta de la envolvente magia encima de un escenario de los medios tiempos de Pölvora… Jodidos pedazos de alma cuanto todo se ‘oscurece’…
La banda está engrasadísima, la base rítmica es absolutamente atronadora con esos efectivos parches de José Li y el omnipresente bajo de Rubén que ‘muscula’ la máquina hasta niveles insospechados. ¿Y qué decir del duelo de guitarras entre Izzra y Alex?… de verdad, si ya con Uzzhuaïa brillaban, puedo confesaros que están incluso a un nivel superior por su calidad técnica, su poderío escénico y la camaradería de la que hacen gala los dos cuando se encuentran a pocos centímetros el uno del otro. Me dejo para el final a Lazy Lane. Resultó un poco extraño en diciembre presenciar sus vocales en la lengua de Cervantes, pero aquello es historia completamente y puedo percibir y diferenciar su rol y su mensaje en Pölvora perfectamente distintivo al que realiza con Jolly Joker. Este mtfckr sabe rockear duro y con más clase que nadie y así lo dejó bien clarito a los allí presentes… sobre todo cuando le cantó cara a cara a su chica ese “Dispuesto a Ladrar”. Puro amor.
¿Os comentaba que venían con sorpresas?… ¡pues así fue!, en su estreno ya sorprendieron con cuatro covers de la banda madre, Uzzhuaïa, y aquí no iban a ser menos. A los himnazos de “Baja California” y “Santos & Diablos” se les unen dos joyitas como “Directo al Mar” (por imperativa petición de la mujer de Alex… je, je) y el brutalísimo “Desde Septiembre” que hizo volar por los aires la 16 Toneladas volviéndonos jodidamente locos. Sorprendieron con dos covers más que hicieron vibrar a los asistentes con ese “Piece Of Me” que, ya me perdonarán Pölvora, pero tengo muchas ‘lagunas’ y, cómo no, en los bises ese legendario himnazo de Rose Tattoo, “Nice Boys” en donde Luismi le devuelve el cameo subiéndose a cantarla con ellos.
Se despidieron con el primer single que editaron, una “Ciudad de Lobos” que supuso el perfecto broche de oro y diamantes a una velada de Rock’N’Roll al más alto nivel. Un tema perfecto para ser coreado, berreado, llorado y sudado con todas las consecuencias con ese toque ‘Uzz’ tan explícito en el riff y el ‘solo’, pero que se torna en Pölvora en estribillos, coros, puente… en definitiva, los valencianos vinieron, vieron y vencieron con una actitud y una entrega demoledoras. Jodidos ‘Santos & Diablos’ de la escena valenciana…
Las descargas eléctricas acabaron, pero la camaradería y el cachondeo continuaron con Leather Sex y Leather Rose fuera de la sala, anécdotas mediante, hasta que llegó el momento de decir adiós a los que rockean, pero también a los que escribimos sobre esto y respiramos Rock’N’Roll a través de las teclas…
Texto: Ángel Ferrer y Pupilo Dilatado
Fotos: Eduardo Garrido, Sergio Bixo, Ángel Ferrer y Pupilo Dilatado
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