De ningún modo deseo hacerle publicidad a la poesía, sobre todo porque no la necesita, aunque esté en pura agonía, de la que parece difícil que salga.
 

Ayer, sin ir más lejos, me di cuenta de algo que, en tiempos, cuando entonces, era una evidencia para mí y que, sin embargo, había olvidado.

La poesía nos recuerda —constante, continuamente, siempre— que existe un más allá. No un cielo o un infierno o unos dioses o una simple nada. Me refiero a un más allá menos organizado, sin protagonistas ni premios o castigos extra.

Propiamente no se trata de un más allá, sino de que hay asuntos y realidades que nos superan: que están por encima de nosotros, los ciudadanos de una humanidad que parece débil y confusa y cruel, cuya única sabiduría —aparte del uso del dólar— es huir hacia adelante, aunque no sepa ni adónde va ni de qué escapa: posiblemente de sí misma.

La poesía no nos va a salvar de nada, sólo nos dice una y otra vez que todo, casi todo, es un enigma, y que desconocemos el sentido real de la vida, de la muerte y del amor, de nosotros mismos, de por qué pasa un pájaro volando o se levanta, de pronto, un viento poderoso en medio de la tarde.

Ayer supe de nuevo, recordé, que la realidad, cualquier realidad, siempre nos supera y nos desconcierta, y con frecuencia nos atemoriza hasta el terror. Porque la realidad trivial, plana, consabida, esa que hemos acomodado a nuestras necesidades y hemos recortado hasta hacerla de nuestro tamaño, es mentira, es una de las grandes mentiras que nos castra y nos empequeñece y nos anula y quita el valor y el sentido a nuestra existencia.

Sin poetas, sin intemperies, sin desequilibrados, sin inadaptados, este asunto de la especie humana se queda en el puro aburrimiento de lo consabido, sin aristas ni abismos, sin cielo ni infierno ni vida que los valga.

 

por Narciso de Alfonso

by: Angel

by: Angel

Melómano desde antes de nacer, me divierto traduciendo canciones y poesía. Me gusta escribir. Soy un eterno aprendiz y bebo de casi todos estilos musicales, pero con el buen rock alternativo me derrito.

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Últimas entradas

Últimos comentarios

Te puede interesar

Merodeando la calle vacía

Merodeando la calle vacía

Tenemos delante una calle vacía. ¿Cuál es su color verdadero si nadie la mira? ¿De qué color es la vida si no vive el hombre? ¿Hemos mirado siempre hacia dentro? Estas precipitadas preguntas tienen la suficiente claridad y, también, la deliciosa oscuridad de la...

Merodeando al niño

Merodeando al niño

Vemos a un niño agachado, una postura sencilla, cuando tenemos esa edad. Una postura que algunos abandonan para siempre. Aunque lo bueno de esa posición, es que puedes encontrar cosas inesperadas, como un bancal de violetas amarillas, o un montón de insectos nacarados...

Meditaciones Africanas – Felwine Sarr | Editorial Filosafrica

Meditaciones Africanas – Felwine Sarr | Editorial Filosafrica

El título ya es de por sí transparente. Meditaciones Africanas es una ventana abierta a una cultura desconocida para muchos. Una ventana que nos muestra, nada más leer sus primeros párrafos, que estamos alejándonos despacio, de lo que son las verdaderas relaciones...

Merodeando a la anciana feliz

Merodeando a la anciana feliz

Lo primero que me llama la atención de esta anciana feliz es su estatura, que seguramente no tiene nada que ver con la pose agachada en la puerta de su humilde hogar. La anciana está feliz, que no es lo mismo que contenta. Al llegar a cierta edad se puede comprobar,...

Merodeando al hombre destruido

Merodeando al hombre destruido

Lo primero que llama la atención al ver esta imagen, es el sendero pedregoso que conduce hacia la mina del yo. Un lugar, en el que muchos comenzamos a trabajar más bien pronto. Todo despertar es interno, por eso este hombre se ve a sí mismo llegando a la luz del...