LA NOCHE DEL DEMONIO «Priscas Novissima Exaltat et Amor».
El parque del Batel ruge mientras el Beso toma el escenario bajando en plataformas, entre explosiones, llamaradas y rock monstruoso, una descarga inicial que acribilla con metralla pegajosa de aquellos álbumes que hicieron grande al cuarteto… «Detroit Rock City», «Shout It Out Loud», «Cold Gin», «I Love It Loud», «War Machine»…canciones que de alguna forma representan la idiosincrasia dura que por encima de cualquier otra consideración, defiende a KISS frente a la idea de que tan solo han sido siempre negocio, puro espectáculo, que lo son, y para todos los públicos, factoría de imagen millonaria destinada a la leyenda, que también…pero algo como «I Love It Loud» demuestra que semejante visión no es del todo correcta, Simmons y Stanley han firmado canciones de Rock magníficas, y eso es un hecho que no admite posibles dudas.
Suena el chirriante solo de guitarra de Tommy Thayer mientras mi compañera y yo nos alejamos del calor de las primeras filas, la sofocante atmósfera que impregna a la multitud…suena la guitarra del que ahora sería ACE, y va quedando atrás hasta que se olvida de pronto para que «Lick It Up» resuene distante como un sonido de espectro bien definido que envuelve la noche mientras subimos las escaleras del parque para descender al infierno, desolador paisaje el que muestra la carpa del escenario Murcia previo a la actuación de uno de los más grandes grupos que ha incluido este año el festival… DEMON.
Apenas 30 personas congregadas bajo la carpa de perdedores mientras el BESO impregna de sueños y caramelo eléctrico a miles de personas con su lengua de veneno y sangre desde el gigantesco escenario principal.
Duele la imagen, duele saber que salen al escenario maldito unos tipos que representan todo aquello que en realidad el R&R esconde, y que como DEMONIOS de auténtico rango, serán recibidos por una multitud invisible. Allí están presentes miles de poderes ocultos, de presencias que son ausencia pero que percibes, respiras y te fortalecen hasta convertirte a tí mismo en protagonista del acto ceremonial, porque el Rock a veces se nutre de imposibilidades, y si es absurdo si acaso ni pensar que puedas competir con la pasión que genera el BESO, su masiva lascivia de heroicidad histórica, bien es cierto que la esencia de una música auténtica, llena de cicatrices y veteranía, se basta por sí misma para imponerse con majestad sobre lo adverso, regalarnos una impresión que será también memorable, sobretodo por darnos a entender que no son siempre las grandes gestas lo que impacta y perdura en la memoria, sino igualmente valioso es el recuerdo, satisfactorio e inquebrantable, de los que sabiéndose en desventaja, destinados al fracaso frente a la evidencia que le destina al olvido, se enfrentan a ello como auténticos supervivientes.
Así DEMON, como ya lo habían hecho de manera similar TYGERS OF PAN TANG el primer día, afrontan su actuación bajo la carpa de los treinta con la destreza, el aplomo, la actitud, el nervio y la valentía de una entidad indestructible. Suenan sin mácula algunos de sus grandes clásicos rebosantes de gloria, estilo de Heavy Rock de vieja escuela incendiaria que va creciendo con alma, elegancia, guitarras gigantes a medida que ellos mismos son conscientes de que los treinta somos miles y que si no lo somos de nada importa porque sabemos que podemos llegar a serlo… energía, algo mágico, pasión, devoción, entrega, canciones del tamaño de un continente galáctico, un grupo que se cree lo que está tocando y lo disfruta, un grupo al que creemos y disfrutamos porque la música no engaña cuando el corazón sangra…un maestro de ceremonias, DAVE HILL, que nos regala la imagen de la sabiduría subterránea, también su mítica máscara de Demonio para que podamos usarla nosotros, entre nosotros, como en los ritos de fé que lo sagrado cristiano establece en sus dosis de comunión cuando el cuerpo y el plasma divino se ingiere para recibir a Dios…melódico, potente y lleno de bendiciones creativas, el repertorio mayúsculo de los británicos hace del vacío recinto de la ignorada Murcia una teatro vivo de celebración, resonancias magnéticas que equilibran en todo momento el espacio de ausencia que a nuestro alrededor se apodera del concierto para que sea la música del grupo lo que pueda fluir sin interferencias ni prioridades superfluas.
La Plaga, La Noche del Demonio… discos que suponen historia real de una forma de entender el Rock que aunque reivindicada cada vez más por las nuevas generaciones que la descubren pero no valorada con suficiente criterio para llegar a conseguir trascendencia, será eternamente respetada por aquellos que algún día pudimos entenderla como modo de vida, de sentir que esa vida nos pertenecía y que no estábamos dispuestos a que nada o nadie nos la pudiese arrebatar. Por tal motivo, quizás por mucho más… amamos la realidad de la maldición que acompaña a los perdedores, a los grandes, magníficos perdedores.
El concierto de Demon fue increíble. Músicos veteranos, canciones maravillosas y sin duda inolvidable para nosotros. Larga vida a Demon, larga vida al Rock 🎸