40 años de carrera resumidos en una gira de despedida, así se presentaban los americanos ante su público en Barcelona, en un concierto que prometía ser inolvidable, aunque tuvo sus sombras
Con un retraso de casi 25 minutos aparecían las huestes de Blackie Lawless, autentica alma mater de esta banda y único miembro original que queda, para hacer un recorrido a lo largo de su historia.
Con un simbólico “The End” de The Doors como intro, la banda se arranca con un buen meddley compuesto “On your Kness”, “The Flame”, “The Torture never Stops”, e “Inside the Electric Circus” para atacar directamente a uno de sus clásicos más conocidos, “L.O.V.E. Machine”, muy bien recibida por una sala que registraba una gran entrada cercana al lleno. Sin mucha espera y con el video clásico de la época, “Wild Child” sonó como un auténtico cañón dando por finalizado una primera parte para entrar en un recorrido por su “Crimson Idol”.
Decir que la banda se mostró muy compenetrada durante todo el set, con un brillante Aquiles Priester a la batería flanqueado por el ya conocido bajo de Mike Duda y la guitarra de Doug Blair y por supuesto Steven Duren, conocido por todos por su nombre artístico, Blackie Lawless, que cumplió con creces ofreciendo un buen show.
“The Idol” fue la primera canción que pudimos disfrutar y que se vio empañada por un excesivo solo de guitarra que realmente no aportó nada al concierto ya que incluso tanto Mike como Lawless se fueron del escenario y que supongo que sirvió para el descanso vocal de Blackie.
“The Great Misconception of me” demostró porque para muchos “The Crimson Idol” es la mejor obra de W.A.S.P. y donde Balckie Lawless ha podido desplegar toda su creatividad como compositor. Para finalizar la suite dedicada al este trabajo, la pegadiza “Murders in the new Morgue” volvió a enganchar al público y fue coreada y celebrada por todos los allí reunidos, donde podíamos ver a fans de la banda de los 80 y a chavales de 14-15 disfrutando todos juntos.
“Blind in Texas”, otro gran éxito de la época de “The last Comand” puso el punto final a la primera parte del concierto.
Sin mucha espera, un video nos explica la controversia que la banda creo con sus temas en su primera etapa, problema con los lobbys americanos, censura y demás, en especial con el tema con el que abrirían su ronda de bises, “Animal (Fuck like a Beast)” tocada con aires de reivindicación y unido con “The Real me” de manera algo torpe, creando un meddley de dos temas que no acabó de funcionar. Eso sí, el último cartucho fue la esperada, querida, y admirada “I Wanna be Somebody” que sin duda puso el broche de oro a un concierto donde se pueden comentar muchas cosas.
Y ahí viene el debate, está claro que ofrecer un set de resumen de tu carrera de 40 años y hacerlo en algo más de 80 minutos es algo, como mínimo, mejorable y más cuando has pagado una entrada cercana a los 50 euros. Nada que objetar a la elección de temas, a la entrega de la banda, a su calidad como músicos e incluso a la interacción de Blackie con el público, dando las gracias varias veces y de manera sincera y mostrándose más accesible que en otras ocasiones. Incluso se había comentado que si playback etc… es obvio que son 66 años y que alguna ayuda lleva pero dudo bastante que nos ofreciera un concierto en Playback, la discusión viene en la relación cantidad – precio, es muy escaso hacer un repertorio tan corto como presentación de tu gira de 40 años, y solo ofrecer al público una pequeña parte de tu extensa carrera, tal vez evitar los meddleys y hacer temas enteros, tal vez organizar el orden de los temas de otra manera, es difícil encontrar una solución que convenza a todos. Aun así nos quedamos con lo bueno, una gran actuación, un gran listado de temas y el recuerdo de haber visto posiblemente en Barcelona el último concierto de una gran banda como W.A.S.P. así como la oportunidad de ver una vez más a un icono como Blackie Lawless, una autentica leyenda por derecho propio.
Texto y fotos. Ziltoid y Ferkiss
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