Las esperanzas depositadas en Miley gracias al sonido retro de su anterior LP (Plastic hearts, 2020) se nos antojan ahora un espejismo. Desde luego, Miley sigue buscando su camino, el problema es que lleva ya ocho discos, tiene 30 años y parece que todavía anda lejos de encontrarlo. Endless summer vacation, el nuevo trabajo de Miley, no es su disco de madurez ni la sucesión de hits que su carrera necesitaba para alzarse al trono del pop. Miley ha perdido una oportunidad dorada para cerrar la boca a sus escépticos demostrando que es una artista a tener en cuenta y no sólo una niña mimada.
El disco empieza con el mega hit ‘Flowers’. La Miley adolescente dejó pasó a la Miley despendolada y ahora nos toca soportar a la Miley despechada. Podríamos esperar que a partir de ahí el ritmo no decayera a base de hits disfrutables para ese verano que está a la puerta de la esquina y al que alude el título, pero no. ‘Jaded’, ‘Thousand Miles’ y ‘Red Colored Lenses’ son canciones decentes con buena pegada pop pero poco más. Ahí está la omnipresente voz acazallada de Miley, lo mejor del disco, aunque no es suficiente para levantar el vuelo. A los estribillos les falta gancho y la producción no resulta novedosa. Mala cosa para una artista que pretende petarlo a nivel mundial como la mega estrella que se supone que es. ‘You’ cae como un jarro de agua fría, es el típico tema que se reserva para el final pero aquí lo ha colocado demasiado pronto, dando al disco la sensación de coitus interruptus.
La cosa mejora en la segunda parte del LP, la más nocturna y festiva. ‘Handstand’ es la canción rarita del disco mientras con ‘River’ y ‘Violet Chemistry’ llegamos por fin a lo que uno esperaba de este disco: hits veraniegos para disfrutar. Me agrada bastante la vena macarra de Miley en ‘Muddy Feet’ y creo que estos 3 últimos temas situados justo detrás de ‘Flowers’ hubieran sido un bombazo. Por cierto, en ‘Muddy Feet’ canta Sia aunque apenas se le oye en la mezcla final. ‘Wildcard’ tampoco está nada mal y… aquí se acaba lo positivo del álbum. En ‘Island’ Miley vuelve por enésima vez sobre la soledad de la fama. Pobrecita. Por su parte, ‘Wonder Woman’ es una de esas baladas que provocan vergüenza ajena y en las que es mejor no saber lo que está diciendo. Al final del disco Miley nos regala como bonus una versión
acústica de ‘Flowers’ (no me creo que sea una demo) que no aporta nada, la verdad, pero gustará a los incondicionales de uno de los éxitos del año.
Lamentablemente, las canciones no están a la altura. Endless summer vacation no es ese revulsivo que Miley necesitaba para afianzar su credibilidad. Será un innegable éxito comercial pero no trascenderá más allá.
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