Tiempo antes de entrar era curioso comprobar como en un corto espacio de terreno, de la calle Tres Cruces de Madrid, se conformaban tres filas de gente para espectáculos distintos. Por un lado en el Teatro Príncipe asistía el público del programa “La resistencia”, por otro lado los asistentes al Clandestino Teatro y por último una pléyade de personas para entrar en la Wurlitzer Ballroom a comprobar las evoluciones en directo de E-L-R y Sylvaine un viernes 10 de marzo .
Y se ve que había ganas pues la Wurli presentaba un excelente aspecto con un casi lleno para disfrutar de ambas bandas, cosa que no se pudo en su totalidad pues diferentes problemas lastraron ambos conciertos convirtiendo la velada en una especie de “coitus interruptus” musical, cosa que el respetable no atisbaba a imaginar en esos momentos.
A las 20.30, con puntualidad suiza aparecían E-L-R, trío del país de los Alpes, el chocolate, los bancos o los relojes conformado por las «criaturas salvajes» (guiño a mi compañero Pupilo Dilatado) Selina Muth a la guitarra (una Gibson Les Paul) y voz y el bajo Fender y voz de Isabelle Ryser, junto al batería Mischa Kästli.
Prepararon el escenario con velas y flores secas para acometer algo menos de cuarenta y cinco minutos de temas pesados y cadenciosos propios del “doom atmosférico” donde destacaba el buen uso del “charles” por Kästli. Temas largos, ya que en su actuación interpretaron cinco temas, de los cuales los cuatro primeros pertenecen a su último trabajo “Vexier” y el final “The wild shore” del anterior “Maenad”. Como el lector puede imaginar son canciones largas, donde la primera y última superaron los diez minutos, uniendo el doom y el post- metal que musicalmente funcionó casi como un instrumental, concentrados en todo momento y con el simple añadido de unos coros apenas audibles.
Y por ahí empieza el debe de su actuación pues las voces se perdían dentro del sonido de la música. Apenas se escuchó la voz en ningún momento, a lo que hay que sumar la nula interacción con su público. Rictus serio sobre el escenario, ni un agradecimiento ni saludo. Así que la visita de E-L-R se quedó a medias.
Aunque peor fue lo del protagonista de la noche, como era la llegada de Sylvaine, cuarteto capitaneado por la multi instrumentista noruega Katharine Shepard que ha conseguido repercusión con su unión de sonidos extremos y melódicos. Doom, blackgaze, post metal o folklore nórdico que nos recuerda a propuestas similares a la que ha recorrido los daneses Myrkur o los galos Alcest, cosa que podíamos comprobar cuando sonaban los acordes grabados del tema homónimo de su último disco “Nova”. No fue lo único “sampleado” pues los coros también lo estaban pero eso no fue lo peor pues desde “Earthbound” el que hacía los guturales era el bajista y no Katharine que se limitaba a las voces limpias, ni mucho menos mal ejecutadas pero se notaba con el registro vocal cansado. Y a pesar de que parecía que tampoco iban a interactuar con los de abajo, sí comenzó a hacer algún pequeño interludio y a pedir disculpas por su resentida voz.
Siguieron sus evoluciones pero tras cinco canciones, finalizando con la larga “Mono no aware” abandonaban las tablas de la Wurli, saliendo poco después para decir que no podían continuar el concierto por las incidencias vocales de Katharine Shepard y que en el futuro lo compensarían. Así que tras cuatro o cinco canciones y poco menos de tres cuartos de hora abandonaban su primera visita a la capital de España con la sensación de decepción aunque sus seguidores fueron comprensivos con el grupo y no se protestó en exceso.
Confiemos que en la próxima ocasión sean fieles a su palabra y puedan demostrar las buenas sensaciones de sus álbumes con algún detalle a toda esa gente que fue generosa con ellos y su mini concierto pues todos sabemos que no cancelaron por seguir con su gira sin incidentes y no tener que devolver el caché de su actuación.
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