Tras la suspensión en años anteriores, por fin, llegaba a este 2023 la veterana banda de Liverpool O.M.D., toda una institución en esto de la electrónica, el synthpop y techno ochentero. Todo un referente para una generación, cosa que se notaba en la entrada de La Riviera (que colgó el cartel de “no hay billetes”) pues la edad de los asistentes era más elevada de lo normal, y eso que lo habitual es ver más cuarentones que veinteañeros, cosa que se podía notar en las primeras filas de un agradable jueves 16 de marzo.
Un espectáculo que comenzaba con un curioso “telonero” pues para amenizar la espera decidieron traer a Dj Kano, el mismo David Kano cerebro y creador de Cycle, banda electrónica que tuvo su momento de gloria en la primera década del presente siglo con las voces de Luke Donovan y La China Patino. Una hora de sesión basada en los ritmos ochenteros de grupos con cierta analogía a los protagonistas de la noche pues sonó Echo and the Bunnymen, Erasure, The Silencers, Human League o Sisters of Mercy. Preferimos directos pero la selección de temas fue irreprochable, como sucedió con la música de ambiente de La Riviera donde se escuchaba en las transiciones genialidades como Joy Division o Velvet Underground.
Y con diez minutos de retraso aparecían en escena O.M.D. con la intro grabada de “Atomic Ranch” con los dos miembros fundadores Andy Mc Cluskey como voz principal y su bajo Fender y Paul Humphreys como segunda voz y sintetizador, acompañados por Martin Cooper al segundo teclado y saxo y Stuart Kershaw a la batería. Todos vestidos de negro riguroso y un escenario donde destacaba la pantalla trasera, dos laterales y un interesante juego de luces. Aunque por el nombre de la gira “Architecture and more tour” parecían rendir un homenaje a los más de cuarenta años del “Architecture and morality”, la elegida para comenzar fue el “Isotype” del “The punishment of luxury”, seguida por el primer momento de comunión con el público con el “Messages” de su primer “Orchestral manoeuvres in the dark”, una constante durante la hora y cuarenta minutos de duración de las evoluciones de OMD en el escenario de La Riviera, con una Mc Cluskey que apenas paro de animar y bailar, lo cual fue agradecido por los presentes.
“Tesla girls” e “History of modern (part I)” seguían repasando el pasado y el presente de los británicos aunque más concesiones a los ochenta llegaban con “(Forever) Live and die” (con saxo grabado) y un clásico como “If you leave” (con el saxo en directo) con imágenes a lo Andy warhol de Molly Ringwald pues no olvidemos que este “exitazo” pertenecía a la banda sonora de “La chica de rosa” de John Hughes.
Momento de mucha intensidad que se veía acrecentado por tocar seguido las cinco genialidades elegidas del “Architecture and morality” pues a “Georgia” y “She´s leaving” les completaba la maravillosa “Souvenir”, con Paul Humphreys dejando el sintetizador (y las gafas) para cantarla a pie de escenario mientras Andy Mc Cluskey se escondía con el bajo tras la batería, regresando con el archiconocido díptico conformado por “Joan of Arc” y “Joan of Arc (Maid of Orleans)”, sin duda la interpretación de esta última fue uno de los momentos álgidos.
Un Mc Cluskey entregado, sudoroso y con la voz sin perder un ápice de tono nos confesaba que se iba a sentar para cantar una melodía pues le contemplan sesenta y tres años. La broma duró poco y siguió el repaso a discos de los ochenta, noventa y a esta década con “Talking loud and clear”, “So in love”, “The punishent of luxury” (hasta ahora su último Lp del 2017), “Pandora´s box”, con imágenes en pantalla de Louise Brooks de la obra maestra homónima del cine mudo dirigida por Pabst, “Dreaming”, “Sailing on the seven seas”, “Locomotion” dejando paso a “Enola Gay” que como no podía ser de otra manera llevó al respetable al paroxismo, dejando la escena por unos momentos para volver a acometer su última tanda con los bises en los que se alternaron Humphreys y Mc Cluskey ya que sonó como despedida de la noche madrileña “Secret” y “Electricity”, con toda La Riviera cantando los últimos compases de su estribillo y dejándonos, seguro, a los presentes tarareando buena parte de sus melodías según regresábamos a nuestras casas o continuábamos la fiesta en la oficial organizaba en la sala El Sol o bebiendo y bailando en los múltiples lugares que ofrece un jueves la capital de España.
Me parece que te has equivocado con el batería, es Stuart Kershaw, y no Malcom.
Por lo demás, el concierto fenomenal.
Muchas gracias por leer la reseña y detectar el error. Lo corregimos de inmediato.