Seguimos con el repaso que haremos en los próximos meses a los restaurantes chinos que existen en el barrio de Usera de Madrid, un auténtico “Chinatown” donde poder degustar productos de esta milenaria gastronomía. En esta ocasión nos vamos al norte de China para probar el Ho- Kuo, occidentalizado como “hot pot” y conocido también como “caldero mongol” o “fondue china”. Plato de invierno perfecto para combatir los rigores de este tiempo.

El proceso suele ser el mismo, un caldo hirviendo de diferentes sabores al que se le van agregando productos crudos y que se remata en el plato con alguna salsa. La novedad del Mr. Doulao sobre otros restaurantes del mismo tenor es que la olla es individual, en vez de compartida, alimentada por el calor de un pequeño plato vitrocerámico que aunque escrito en chino no es difícil de manejar. Mr. Doulao se encuentra en la calle Olvido, otra de las arterias importantes en este rectángulo chino en el que se han convertido varias manzanas de Usera.

 

 

En lo que es la comida, lo primero mientras se va calentando el hot pot, el comensal primero pasa a elegir las salsas con las que va a coronar los alimentos. La cantidad es inabarcable y se pueden mezclar aunque evitando sabores ininteligibles solemos optar por elegir un cuenco o dos. Especial es la salsa de la casa con marisco. Así que una vez procedido a este primer paso, nos acercamos a la mesa a comprobar si ya está hirviendo nuestra olla. Los sabores pueden ser de pollo, setas, tomate, picante o gambas picantes. Entre todos recomendables el de setas y el picante pero la elección es de cada uno.

 

 

Como la carta es inabarcable, es complicadísimo probar todo en pocas visitas y las raciones son abundantes por lo que están pensadas para compartir. Lo mejor si se desea comer la mayor cantidad de diferentes cosas es ir en grupo numeroso pero en esta ocasión, íbamos cuatro y disfrutamos de unos cuantos productos, bien presentados, de buena calidad y a un precio insuperable. Como sabemos que el vino no funciona demasiado bien con el picante, elegimos hacer el maridaje con cerveza. Y siendo un restaurante chino elegimos la Tsingtao, única que tienen del oriente asiático. Ligera y con poco cuerpo es perfecta para ir pasando de un plato a otro.

 

 

Comenzamos el ágape con la bandeja de verduras con el pad choi y la acelga china como estrellas. Como es lógico su paso por el calor del fuego debe ser mínimo para degustar a la perfección su sabor. Hay que decir para el poco experto en picantes que la verdura es un auténtico absorbe picante por lo que cuidado si la tolerancia no es alta.

 

 

Tras ello, solicitamos una cesta de albóndigas. Trajeron de varios tipos de variedades pero las que más nos interesan son las de pescado. Las presentan congeladas y hay que tenerlas lo mínimo un minuto para que se puedan ingerir. La salsa de marisco del Mr. Doulao casa perfectamente.

 

 

Como remate elegimos la bandeja de marisco, presentada sobre un fondo de hielo y coronada por una flor. Se compone de un langostino de buen tamaño por persona, una más que aceptable navaja y una rica zamburiña, con el añadido de un trozo de pescado blanco y unos pedazos de calamar. Un espectáculo y de una calidad media que se hace en poco tiempo en el “hot pot».

 

 

Para beberse el caldo final (que normalmente habrán rellenado una vez más) se recomienda pedir fideos chinos que se cuecen en segundos, se saca al pequeño cuenco al que se le echa algo más de caldo y así finalizar una comida que suele ser larga, pues todo lleva su tiempo y en Mr. Doulao a pesar de no ser los más rápidos sirviendo sí cocinan con sapiencia. Y eso es lo importante.

by: Jose Luis Diez

by: Jose Luis Diez

Cinéfilo y cinéfago, lector voraz, amante del rock y la ópera y ensayista y documentalista con escaso éxito que intenta exorcizar sus demonios interiores en su blog personal el curioso observador

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