Sobre el secuestro y posterior asesinato de Aldo Moro, ya dirigió a principios de este siglo Marco Bellocchio la interesante “Buenos días, noche”. Sorprende que casi veinte años después vuelva sobre el mismo tema con esta miniserie de seis capítulos. Un trabajo que hay que valorar pues estamos hablando que tiene bemoles acometer tu primer serial pasados los ochenta años pero Bellocchio se encuentra en una segunda juventud, tras dirigir hace tres años la estupenda “El traidor”.
Supongo que esta nueva visión del crimen sobre el líder de la Democracia Cristiana es la forma de purgar los pecados de su ideología pues no olvidemos que Marco Bellocchio ha sido desde sus inicios un realizador de los llamados “comprometidos” donde su cine ha pivotado en la “lucha de clases” y la ideología marxista, tan en boga en los sesenta en “tótems” de la talla de Pasolini, Godard o Bertolucci. Con estos dos últimos dirigió justo después del mayo del 68, la cinta por entregas “Amor y rabia”, dentro de una filmografía constante, con cierto prestigio pero mucho menor impacto que sus coetáneos de generación, a pesar de su Oso de Plata en Berlín por la más que interesante “La condena” o sus tres David de Donnatello como director por “Salto al vacío”, “Vincere” y “El traidor” y su Leon de Oro en Venecia por “Buenos días, noche”.
Lo relevante de “Exterior noche” es la inteligente forma de narrar la historia, contándonos el secuestro y asesinato desde el punto de vista del propio Moro, la Democracia Cristiana, el Papa Pablo VI, los terroristas que ejecutaron el acto y la esposa del finado. Una estructura que lleva funcionando bien desde que Kurosawa la ideó para “Rashomon” y que vimos por última vez en pantalla con el fiasco económico que supuso para Ridley Scott «El último duelo». Un guion, del propio Bellochio junto a Stefano Bises, Ludovica Rampoldi y Davide Serino, que funciona y que nos introduce de forma admirable en el horrible crimen, junto a una puesta en escena, con ritmo y que introduce algunos detalles excesivos y un tanto maniqueos tan propios del transalpino (sobre todo con la Democracia Cristiana y el Papa de Roma). Y ese es el principal debe de la serie pues Bellocchio en sus historias marxistas siempre ofrece una perspectiva de buenos y malos mientras que, como sucedía en “Buenos días, noche”, opta por el lado humano en los terroristas convirtiéndose en idealistas que utilizan medios equivocados, comparándoles en el mal a la inacción de los dirigentes de la Democracia Cristiana encabezados por Giulio Andreotti, mientras que los únicos políticos solventes y carentes de maldad parecen el propio Aldo Moro y Enrico Berlinger, líder del Partido Comunista Italiano.
Todo sazonado con una ambientación convincente de finales de los setenta y unos actores que funcionan a la perfección (quizás el nombre más conocido en España sea el actor fetiche de Paolo Sorrentino Toni Servillo). Un producto, este “Exterior noche”, que con sus defectos es más que interesante, entretenidísimo de ver y que nos devuelve a primera línea a un nombre importante del cine italiano y europeo como es Marco Bellocchio.
0 comentarios