Primera vez que un servidor asistía a un concierto de los suecos The Baboon Show y prometo por mi colección de discos que no será la última. El derroche de energía y buen rollo de esta panda de macarras nórdicos es tal que uno tiene la sensación de haber asistido a una celebración de la vida más que a un concierto. Con un público entregado que coreó a pleno pulmón todas y cada una de sus canciones, The Babon show demostraron porqué van creando adeptos allá por donde pasan. Además, había ganas de verlos en Zaragoza ya que su última visita databa de 2017, cinco largos años de espera para ver en vivo a una de las bandas más enérgicas del panorama actual.
Hubo algún problema técnico con la guitarra y a ratos la voz de Cecilia no se oía todo lo fuerte que debiera (al menos desde donde yo estaba) pero fueron contratiempos que no arruinaron el show. El grupo estuvo divertido y profesional, todos en su papel para ofrecer un espectáculo soberbio de buen punk rock. Ahí estaban ante nosotros esa vikinga de pelo azul al bajo que es Frida Ståhl, el guitarra con bigote más sexy del planeta, Håkan Sörle, y el carismático batería Niclas Svensson con su perenne gorra del ejército soviético. Debo destacar a ese animal escénico que es la gran Cecilia Bostrom, quien demostró ser una front woman de primera. Bailó, cantó, se tiró agua por encima, se lanzó al público, cantó con todos los de las primeras filas, se subió al bombo de la batería y yo qué sé más. Incluso hizo crowdsurfing hasta la barra del bar de La López en busca de una cerveza. Increíble lo de esta señora. Sonaron sus clásicos proletarios imbatibles como “Radio Rebelde”, “You Get What You Get”, “Oddball” , “Having a Party with”, “Tonight”, “You Got a Problem Without Knowing It” o “It’s a sin”. Pura energía escénica a raudales que hizo que el publico vibrara, gritara y botara como si no hubiera un mañana. Entre pogos, calor, sudor, cerveza y agua por los aires fue realmente complicado sacar fotografías decentes que representen la energía que emanaba la banda. Si no has estado en un concierto de The baboon show, no hay fotografía ni crónica que pueda transmitir fielmente lo que allí se vivió. Hay que presenciarlo. Por cierto, debo mencionar que entre el público había muchas féminas e incluso niños acompañando a sus padres. Siempre es una buena noticia que las nuevas generaciones vayan introduciéndose en el mundo del rock.
Resumiendo, si tienes la oportunidad: no te pierdas a THE BABOON SHOW.
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