“Cerdita” es el debut en la dirección de Carlota Pereda, merced a extender a formato largometraje su corto de 2018 de título homónimo con el que consiguió el Goya. Y su “opera prima” está cosechando bastante éxito pues tras su paso en la sección oficial en Sundance ha conseguido estrenarla en España en salas comerciales. Mucho es.
“Cerdita” es una historia malsana sobre una chica con obesidad, acomplejada y a la que las chicas de su edad someten a un cruel “bullying”. Tras una broma pesada con posterior humillación, la joven tiene la oportunidad de vengarse pues el grupo de acosadoras son secuestradas por un peligroso psicópata. Ella es perdonada por el demente y decide callar lo que sabe pues, en el fondo, piensa que es la única persona que le ha ayudado.
Un guion, de la propia Pereda, que avanza a trompicones, con algunas soluciones ingeniosas y una atmósfera rural nada idílica donde no parece existir un personaje con valores positivos. El problema es que los personajes no terminan de avanzar, ni la protagonista ni los secundarios. Comienzan más o menos bien definidos pero no tienen una progresión, cosa que se ejemplifica con las relaciones familiares. Luego otras tramas secundarias quedan anuladas (como si se hubiesen olvidado de ellas) como es el caso de la búsqueda de los familiares de las chicas desaparecidas o la investigación de la Guardia Civil, perdida tras la finalización de la sub trama del novillo. Aun con sus defectos es muchísimo mejor que la gran mayoría de las cintas que proceden de un cortometraje anterior. En el capítulo de errores podríamos citar el «Nunca apagues la luz» de David F. Sandberg y entre los aciertos destacaríamos el «Whiplash» de Damien Chazelle.
En el lado interpretativo sensacional la casi debutante Laura Galán (quien había protagonizado el corto). Es sencillo empatizar con su Sara y se entiende su sobreactuado último acto pues la pobre se encuentra en una encrucijada de sentimientos opuestos y además tiene que compartir escenas con el asesino encarnado con Richard Holmes que por su antipático rol no le queda más remedio que recurrir al histrionismo. Entre los secundarios nos encontramos como nombre más conocido a Carmen Machi que como de costumbre está más que solvente. Además se agradece que todos los personajes mantengan su acento extremeño, pues no olvidemos que toda la trama sucede en una pequeño pueblo de la provincia de Cáceres.
Quizás en la correcta puesta en escena echemos en falta jugar con el tórrido calor del verano, algo que mejoraría mucho el resultado final y que ejemplifica a la perfección “La matanza de Texas” de Tobe Hooper donde las altas temperaturas se convierten en otro protagonista más. Aquí Pereda amaga pero no golpea. Aunque suple su corto presupuesto con una historia que gira más en el drama y el suspense que en el terror, evitando en todo momento el exceso de hemoglobina y, sobre todo, gore. Y eso es algo que agradecer.
Un título que con sus defectos, sí posee sus puntos positivos, se ve con cierto agrado, su ritmo no aburre y nos presenta un argumento actual sin dejar de mirar a otros títulos del pasado, viendo como claros precedentes los “slashers” ochenteros pero dando una vuelta de tuerca y centrándose más en el thriller que en el horror.
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