Con lo amante que es uno del mundillo de los Psychos más cerebrales y sanguinarios, desconocía por completo de la existencia de un francesito llamado CHARLES SOBHRAJ generando el terror en la ruta hippie del sur de Asia en los 70’s. Más vale tarde, siempre lo digo…
La curiosidad y las ganas de ‘devorar’ su historia me hicieron colocar en ‘prioritario’ el visionado de la ficción colaborativa entre la BBC One y Netflix, y más a sabiendas de que ésta no era una producción yankee, por lo que las interpretaciones iban a ser más sobrias y con un guion más ajustado a la realidad, alejado de las exageraciones y/o estiramientos innecesarios de la historia tan típicas de las producciones americanas. De hecho, con tan sólo 8 episodios de una hora se ventilan una historia perfectamente contada narrando con rigor y cronología temporal (a pesar de los saltos temporales) los hechos acaecidos.
La historia comienza a mediados de los 70’s en Tailandia, Sobhraj (Tahar Rahim) es un perfecto embaucador/estafador de turistas hippies americanos que seduce a su nueva novia, la canadiense Marie-Andreé Leclerk (Jenna Coleman), para hacerla cómplice de sus argucias. Pero el tipo necesita más y da el paso a mayores envenenando y asesinando a su pléyade de turistas para suplantar su personalidad y poder así moverse con más libertad y poder vender joyas pasando más desapercibido, etc,… Pero su némesis entra en acción y el diplomático holandés Herman Knippenberg (Billy Howle) se deja la piel implicándose en la investigación cuando una pareja de turistas holandeses es encontrada muerta por la zona.
La ficción me ha parecido brutal, sería redundar en las últimas líneas del segundo párrafo, pero hay que destacar, no sólo lo bien dirigida, ambientada y bien cerrada que está, sino también su excelente labor actoral con esos tres pilares Rahim, Coleman, Howle a los que se les une los excelentes secundarios Elie Bamber como esposa abnegada (pero implicada con la causa de su marido diplomático) y Tim McInnerny como Paul Siemons, el polémico y cuestionador compañero de Knippenberg. En conclusión, una mini-serie muy reveladora y que me ha hecho pasar la tensión y el suspense necesarios para tenerme amarrado a la pequeña pantalla del primer al último capítulo…
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