Dentro del constructo de la psicopatía casi siempre se ha mostrado en cine, novelas o televisión a este personaje como asesino. Realmente la principal condición del trastorno antisocial de la personalidad no es este comportamiento homicida sino la falta de empatía, cosa que deja clara esta serie de Mediaset que nos presenta a Jon Imanol Sapieha, alias “Sapo”, un ex militar de élite que perpetró algunos de los golpes más antológicos realizados en España.
Su personalidad es inquietante: una psicopatía controlada (como el mismo explica que se le diagnosticó en el pasado) que consigue que sus actos delictivos sean metódicos, espectaculares, bien preparados y con consecuencias penales minimizadas. Un cuadro clínico que explica a la perfección la psiquiatra Maribel Rodríguez en el segundo episodio. Una excelente profesional de la salud mental (a la que tengo la fortuna de conocer hace más de veinte años) que mediante un tono reposado y didáctico nos adentra en la oscura mente del personaje.
La grandeza del documental de Nacho Medina ha sido conseguir el testimonio en primera persona, adornado por colaboraciones de víctimas (estremecedor el relato del vigilante de seguridad de la casa de Esther Koplowitz) o profesionales a la caza del delincuente (periodistas, inspectores o el mismísimo juez Garzón). Sapo relata sus andanzas pasadas con naturalidad, sabedor de su impunidad y retirado del negocio del robo, pues en la actualidad vive en África con negocios legales más lucrativos. Una mente analítica que Nacho Medina nos muestra, intentando que consigamos entender loa actos de esta interesante persona (desde el punto de vista de la criminología y la salud mental). Lo consigue mediante un montaje excepcional que mantiene en vilo al espectador durante todo el metraje, con episodios de más o menos una hora de duración, con Sapo contando la preparación de sus formidables atracos, la consecución y la posterior burla a la justicia. Todo bien atado, con mente fría y analítica, con colaboradores como Casper y jalonado de imágenes de archivo, infografías y entrevistas a los afectados de una forma u otra de sus fechorías.
Dividido en cuatro capítulos, el primero gira en torno al robo en Nochebuena del Banco Popular de Yecla, el segundo en torno a la sustracción de cuadros en la casa de Esther Koplowitz, el tercero sobre su contratación por el Gobierno de España paa la liberación del atunero Alakrana y el cuarto sobre su vida en la actualidad y un repaso a los tres anteriores. El mejor es el segundo, donde comprendemos hasta donde puede llegar Sapo, hundiendo la vida al jefe de seguridad de la millonaria e, incluso, pactando una condena ridícula con el Estado, a cambio de dinero y los cuadros. Hiela la sangre hasta donde puede llegar la manipulación de sujetos así que no dudan jamás caiga quien caiga, no dudando en traicionar o matar para conseguir sus fines, no aceptando un no por respuesta. De nuevo volvemos a las explicaciones de la psiquiatra Maribel Rodríguez que expone sin estridencias y con calma las características principales de los psicópatas.
Quizás lo menos bueno sea el final, pues se les queda algo corto mostrando como vive sapo en la actualidad y para completar metraje vuelven a incidir en los pasajes anteriores, repitiendo cosas que ya conocemos. A pesar de ello. Estamos ante una serie documental estupenda, un trabajo de investigación excepcional que nos permite conocer como piensa y actúa un psicópata. Además tratado con un ritmo digno de película de acción que consigue que el espectador no quiera perder el hilo y no pierda ojo de lo que sucede en su televisor.
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