Un festival donde el buen rollo es continuo, la gente amable, la mayoría de los organizadores mujeres y la mayoría de bandas también y en el que tienen un día gratuito para todos; hasta un castillo para que los niños se diviertan.
Un festival donde el último día la gente se disfraza de lo más variopinto, donde el botellín de agua vale 1 euro y una cerveza 3. Donde puedes ir desde la zona de comida a primera fila en 5mn sin que nadie te agobie. Un festival donde la música suena bien, fuerte pero bien, en donde un grupo toca justo después del otro sobre el segundo escenario y que si quieres puedes ver ambos perfectamente sin moverte. ¡Eso existe! En Torremolinos, en plena Costa del Sol.
El cartel maravillosamente repleto de nombres desconocidos para la gran mayoría, lo que te lleva a descubrir un elenco de grupos nacionales e internacionales que sorprendentemente uno que pensaba estar a la última, se da cuenta que hay aún mucho por descubrir. Desde Canadá, Bélgica, Francia, USA, etc… Un puñado de bandas interesantes con el mismo factor común, el de pasárselo bien.
Todo ello coronado por TY Segall y Dinosaur Jr la última noche. Qué más se puede pedir. Seguramente algunas cosas más, pero sinceramente poco. El Canela Party, pasó este año de celebrarse en sala, a hacerse a lo grande, acogiendo una media de 5000 personas diarias. Una cantidad justo al límite de lo agobiante. Un tamaño de festival de bolsillo con 4 días de pitorreo que ¡es lo que los organizadores buscan! Pero todo ello perfectamente estructurado.
Cruzarte con los músicos entre el público jugando con sus niños tras su bolo, comerte una pizza esperando tan solo unos minutos, todo ello es posible por las dimensiones humanas del evento, tan alejado de la mentalidad de los macro festivales y su batiburrillo de grupos que no tienen entre sí lo más mínimo. Máquinas de facturar dinero que poco a poco, que, si bien es la oportunidad de poder ver a bandas que de otra manera no podrías ver, acabarán por matar el verdadero espíritu de libertad de la música.
Musicalmente, la mayoría de las bandas me gustaron, me sonaron frescas y llenas de vida, igualmente las que no eran sobre el papel de música que suelo escuchar. Luego las que esperaban con ansias como el músico americano Ty Segall o Dinosaur Jr sobrepasaron mis expectativas; ambas ofreciendo unos conciertos magistrales, posiblemente más cortos de lo normal, pero ideal para no llegar a saturar y de esa manera tener la dosis perfecta.
Ya saben qué cita tienen el verano que viene, el Canela Party Festival 2023.
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