Antes de comentar la actuación de los americanos Wilco en Las Noches del Botánico, me gustaría destacar el magnífico entorno en el que se desarrolla este festival veraniego, en el interior de un jardín cuidadosamente adaptado para que la experiencia del que compra una entrada no sea solamente la de acudir a un concierto. Con buena parte del jardín abierta a los visitantes y con agradables praderas donde disfrutar de alguna bebida o comida de los variados puestos de comida que flanquean el recinto, se consigue que acudir a esta cita se convierta en una más que agradable manera de pasar la tarde, más allá de la actuación que hayas venido a presenciar. Incluso después de la misma, el recinto continúa abierto con zona de música y restauración para que no te tengas que desplazar a ningún sitio a terminar la velada.
Pero vayamos a lo importante. Abría la tarde musical la sorprendente propuesta de La Tremendita. Esta sevillana de Triana con tradición familiar del cantaores, multi instrumentista y unas inquietudes musicales fuera de lo común, se ha propuesto trascender al mundo flamenco y darle nuevos aires… en este caso de verdad. Acompañada por David Sancho al teclado, Juan José Suárez y al bajo y Paco Martín Jones a la batería y percusión, abrieron con “Oye mi voz” y siguieron con una atrevida revisión de la petenera “Quisiera yo renegar” de La Niña de los Peines. Con un sonido espectacular, era una delicia escuchar todos los matices instrumentales tanto del bajo como de la diversidad sonora de los teclados. Continuaron con la emocionante “Huyo hacia el amó” (conocida por aparecer en la serie Malaka) y tras una revisión tremenda de unos tangos flamencos, pusieron punto final con “Al mal tiempo”. Fueron despedidos con una calurosa ovación y muchas caras de sorpresa en buena parte de la audiencia, pasmados por la fascinante actuación que acababan de presenciar en apenas 30 minutos.
A las 22:15, con puntualidad exquisita se presentaron Jeff Tweedy y los suyos al escenario del Botánico. Muchos respiramos aliviados al ver a Neils Cline a las seis cuerdas, ya que en actuaciones precedentes no había podido participar por problemas de salud. Con su inseparable John Stirratt al bajo, Glenn Kotche a la batería, el resto de instrumentos y arreglos quedaban en manos de Mikael Jorgensen y Pat Sansone. Una formación de auténtico lujo.
Vienen presentando su último trabajo Cruel Country en una extensa gira que en España ha tenido nada menos que ocho paradas. Todas ellas diferentes. En la que nos ha tocado, el repaso al nuevo trabajo ha sido exhaustivo. Nada menos que diez temas desgranaron de este disco en el transcurso de la velada. Se trata de una vuelta al Wilco (muy) de sus principios, próximo al country más intimista y alejándose de las aventuras más experimentales que protagonizaron los primeros años de este siglo. Con Wilco te pasa que tienes la impresión de estar escuchando a muchas bandas a la vez en mismo concierto. Desde los Eagles, los Beach Boys, a Fleetwood Mac, pasando por Smashing Pumpkins, Radiohead o los mismísimos Beatles…. pero todo a la vez con un sonido característico y una una forma de cantar irrepetible.
Abrieron con A Shot In The Arm, un tema que bien podría estar en la onda grunge para seguir con la primera muestra de Cruel Country, A Story To Tell. Con la lisérgica y lennoniana I Am Trying To Break Your Heart nos llevaron al que ha sido su trabajo más celebrado, Yankee Hotel Foxtrot. Con este tema arrancaron las primeras ovaciones. Seguimos con I Am My Mother, Cruel Country y Hints, que si bien no terminaron de conectar con el público, sí nos sirvieron para deleitarnos con el perfecto sonido que salían de las PAs y las fantásticas letras de estas canciones y sus geniales melodías.
Los primeros temas del también celebrado A Ghost Is Born, álbum que en 2005 fue galardonado como el mejor de música alternativa, fueron seguidos Handshake Drugs y Hummingbird, hicieron saltar y corear alguna estrofa tímidamente al respetable. Seguimos con temas de épocas recientes como If I Ever Was A Child, All Across The World y Love is Everywhere (Beware) con las que volvimos a la faceta más personal de la banda.
War On War nos puso en la pista de lo que iba a ser una segunda parte del show más movida. Seguidas por Bird Without a Tail y Hearts Hard to Find, que sí fueron más celebradas por los asistentes, llegamos a uno de los puntos álgidos con la interpretación de Impossible Germany con su majestuoso solo de guitarra, que no palidece ante los más celebrados de la Historia del rock. Además vimos a un Cline muy inspirado al que se le vio dándolo todo. Fue milagroso que las seis cuerdas de la guitarra sobrevivieran a la intensidad que le puso.
Tras la traca de la única representante de Sky Blue Sky, vinieron Mystery Binds y At Least That’s What You Said, para seguir con la milleriana Via Chicago y sus sorprendentes deconstrucciones dignas del más alocado Mike Patton, y terminar la primera parte del show con The Late Greatest.
Tras una brevísima pausa, volvieron a la tarima con la que fue sin duda la más coreada: Jesus, Etc. Siguieron A Lifetime To Find y la representante de la tortuosa etapa de Wilco con Billy Bragg, California Stars. Tras tocar Falling Apart (Right Now), llegaron seguidas las dos únicas canciones de otro de sus trabajos más aclamados: Being There. Las movidas Monday y Outtasite (Outta Mind) pusieron punto final a una actuación con altibajos pero que nos mostró la gran calidad musical de esta banda, con un sonido brillante, difícilmente mejorable, que nos mostró salpicado entre grandes clásicos muestras de la faceta más country de Wilco. El título del nuevo disco, evidentemente, no es casual. Seguiremos atentos a la evolución de los de Chicago a ver dónde nos dejan en la próxima parada.
Texto: Chele Brasero
Fotos: Víctor Moreno. Cortesía de Noches del Botánico
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