Para muchos rockeros viejos, los 90 fue una década perdida gracias al grunge y toda esa música alternativa que se supone puso a boquear al heavy metal como pescado fuera del agua. Sin embargo, si vemos el panorama hoy, 30 años después, nos encontramos que a falta de heavy clásico y hard rock, había metal en cantidades industriales e incluso el progresivo comenzaba a renacer de sus cenizas.
Los noventa fue una época de mucha inventiva, de grupos aventurándose fuera de los patrones establecidos y hoy, siguiendo los pasos de mis compañeros, recuerdo 5 discos lanzados hace 30 años que hablan un poco de esto. Posiblemente no sean los trabajos más populares de 1992 pero eso no es óbice para que no sea reconocida su valía.
THE GATHERING «Always…»
«Always…» es el disco debut de los neerlandeses The Gathering y tradicionalmente ha estado eclipsado por la llegada de una desconocida Anneke van Giersbergen a partir del tercer disco «Mandylion» en 1995. Sin embargo, para ser justos con la historia, este lanzamiento fue adelantado a su época ya que no había banda que sonara como ellos en 1992. Si lo analizamos con los ojos de ese año «Always…» era vanguardia.
The Gathering retorció su propuesta generando un cruce entre el género extremo y el rock progresivo que se diferenciaba de cualquier otro intento de combinar los estilos. Suena death doom, posee voces góticas y los teclados y cierta electrónica son de clara influencia sinfónica. En 1992 esto era lo más cerca de tener un hijo nacido de los primeros Katatonia y los Genesis de los 70. Más allá de la sorprendente mezcla de elementos, The Gathering sonaban melancólicos, su propuesta dentro de lo extremo irradiaba una extraña calma y bajo ese envolvente estado meditabundo nos contagiaron con uno de los discos del año, aunque en el futuro llegara Anneke para elevar el listón.
PAN.THY.MONIUM «Dawn of Dreams»
Los suecos Pan.Thy.Monium fueron otros que para 1992 tenían los tapones bien volados. La agrupación fue una de las primeras criaturas de Dan Swanö, reconocido músico y productor sueco quien ha estado envuelto en mil y una bandas y proyectos, los más conocidos Edge of Sanity y Nightingale.
Esta inclasificable agrupación (híbrido entre el metal extremo, el progresivo, la música experimental y el jazz) nació de la espontaneidad de unos muchachos que empezaron a jugar con el sonido de Bolt Thrower en los ensayos, hasta convertirlo en la locura que es este «Dawn of Dreams» (y toda su discografía). En este lanzamiento comulgan los instrumentos tradicionales del metal junto a saxofones, teclados y violines. Además se narra, en un idioma inexistente, la historia del Dios del Caos «Raagoonshinnaah». Dime tú si no es rara la vaina.
ÄNGLAGÅRD «Hybris»
La década de los ochenta y el comienzo de los noventa no fueron las fechas más prolíficas para el rock progresivo, inmerso en una crisis de identidad a raíz de los cambios de las modas con respecto a los setenta. Sin embargo, en 1992 ya se fueron asomando trabajos que se convertirían en clásicos del género, como es el caso de «Hybris».
El primer disco de los suecos Änglagård es el lanzamiento que da el pistoletazo de salida al movimiento revival del rock progresivo escandinavo, con su sonido afincado en los 70 lleno de mellotrones y emociones melancólicas tan típicas de la región. La aparición de «Hybris» resultó una fuente de inspiración para las agrupaciones escandinavas que se fueron manifestando con el paso de los años. Junto a Anekdoten y Landberk, Änglagård son en parte culpables de recuperar de alguna manera el trono que el sinfónico progresivo había perdido a finales de los setenta.
DEMIGOD «Slumber of Sullen Eyes»
El año 1992 fue un año muy bueno dentro del death metal con el nacimiento discográfico de bandas como Incantation o Amorphis y discos que ratificaban el nivel de otras agrupaciones como Obituary, Deicide, Asphyx o Bolt Thrower. Sin embargo, hoy me gustaría hablar de Demigod, una máquina finlandesa de hacer riffs, que con su disco debut «Slumber of Sullen Eyes» se colocó como una agrupación de culto dentro del género.
Su primer disco muestra un apabullante sonido que auna los riffs y medios tiempos oscuros, malvados y melancólicos con la velocidad característica del género. Esta combinación particular no los convertía en una rara avis, aunque si les hacía tener una personalidad propia que los hacía identificables. Con una carrera interrumpida por la inactividad y solo tres discos en el mercado, Demigod no necesito más que este trabajo para reinar el underground extremo.
KINGSTON WALL «I»
Hace 30 años los finlandeses Kingston Wall lanzaron su primer disco llamado simplemente «I». Estos muchachos, amantes de Hendrix, la psicodelia y la electricidad de los setenta hicieron diferente su propuesta al combinarla con un gusto especial por las melodías orientales y un feeling de constante jamming en sus temas.
En una Finlandia más metálica que otra cosa, apareció este cuarteto liderado por Petri Walli (guitarra y voz) y publicó tres discos que los llevó a tener una fiel base de fans en su país y en Estonia. La historia se acabó cuando Petri se lanzó del campanario de una iglesia en Helsinki, sin embargo su legado está aquí, en este plano. Empezó con este primer disco, posiblemente el más crudo y simple de su obra, ya que en sus siguientes dos trabajos experimentaron aún más con las melodías orientales y la electrónica. Una banda que merece ser reivindicada.
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