Voy a comenzar puntualizando algo que pienso que por muchas veces que se haya contado, es justo sacar a la palestra cuando hablamos de Jeff Waters y Annihilator, que tanto monta, monta tanto, y es que en su poder cuenta con dos obras maestras del metal como son los dos primeros discos editados en los ochenta. ¿A partir de ahí?. Pues un poco de todo. Desde discos a muy buen nivel a otros seguramente no demasiado afortunados. Coqueteos con distintos sonidos en alza con la  – lógica – intención de no perder comba o al menos su sitio, sea donde sea que esté colocado en el mundo del metal. Pero siempre el reconocimiento a Waters como uno de los guitarristas fundamentales del heavy metal. El canadiense, viéndose venir los vaivenes monumentales del mundo de la música, ha decidido vender su catálogo a Edel por lo que pueda ocurrir. Hasta músicos estratosféricos en cuanto a popularidad y ventas están haciendo caja con sus derechos por si acaso, más normal me puede parecer que hagan lo propio currantes como Waters. Y parece ser que parte de ese trato es el recuperar este disco grabado en 2007 y con el que parece ser que Waters no quedó excesivamente satisfecho, más por el trato que le dio la discográfica de rigor en ese momento que por el resultado del disco en sí.

«Metal» fue un disco en el que Annihilator, después de haber coqueteado con sonoridades propias del metal en boga de aquellos días, sobre todo debido a la influencia del entonces vocalista Dave Padden, pretendía volver a la raíz mas pura del género, pero sin terminar de dejar de lado esa ventana abierta que acercase al grupo a nuevas generaciones de fans. Para ello reclutó a una legión de buenos músicos como Jeff Loomis, Danko Jones, Angela Gossow, Steve Lips Kudlow, Alexi Laiho, Anders Bjorler, Jesper Stromblad, Corey Beaulieu, Jacob Lynam y Willie Adler para que dejasen su huella en «Metal», facturando uno de esos monstruos de Frankenstein donde no siempre tantas cabezas consiguen la uniformidad bien comprendida que requiere un disco. 

Para esta ocasión, Jeff Waters, respetando las pistas grabadas por los músicos invitados en su momento, ha decidido regrabar el resto de partes y para ello a las voces a resultado a Stu Block de Into Eternity y al gran Dave Lombardo a las baterías. Hay que decir que ha sido un gran acierto, primero porque Block es un cantante excepcional que domina perfectamente los diferentes registros y ha sido capaz de imprimir más violencia vocal donde lo requería pero también agrandar las melodías donde estas eran necesarias. ¿Qué decir de Lombardo a estas alturas?. La velocidad que imprime le da a «Metal II» un grado más de dureza que personalmente eché en falta en la edición de 2007. Además Waters ha incluido «Romeo Delight» de Van Halen – dedica este disco tanto a Eddie como a Alexi Laiho – y otra versión, esta vez de sus paisanos Exciter, del que se marca un acertadísimo «Heavy metal maniac», que si, que ya aparecía como bonus track de la edición de 2007 pero ahora forma parte oficial del track list del álbum. La inclusión de ambas canciones se ha cobrado la desaparición del disco de «Operation annihilation», que bueno, tampoco vamos a echar de menos.

¿El veredicto?. Sinceramente prefiero esta nueva versión del disco – y eso que no suelo ser muy aficionado de las reprobaciones -, seguramente por el gran trabajo que hacen tanto Lombardo como Block, porque los artificios, es decir, las colaboraciones no dejan de ser las mismas. Pero es cierto que la violencia que rezuman canciones como «Chasing the high», aunque no deja de ser una anécdota, ya que con tamaña formación a su lado, Water podría haber tratado de plantear un nuevo disco. Igual es el siguiente paso, y su consiguiente gira, o primero el tour, con la edición de presentar «Metal II» como excusa, ya veremos. El caso es que las expectativas de un futuro próximo que podría suponer esta nueva alineación en Annihilator hace que merezca la pena.

ANNIHILATOR -Metal II

by: Carlos tizon

by: Carlos tizon

Licenciado en el arte de apoyar el codo en la barra de bar. Comencé la carrera de la vida y me perdí por el camino, dándome de bruces con el rock and roll. Como no pude ser una rock star, ahora desnudo mi alma cual decadente stripper de medio pelo en mi blog, Motel Bourbon.

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