La trayectoria de Maggie Q viene marcada por el cine de acción, ya que a sus primeros pasos en Hong Kong se suma sus participaciones en la cuarta entrega de “La jungla de cristal” o dos éxitos de la televisión como las series “Nikita” y «Sucesor designado». En todos esos títulos su papel suele ser el de una letal asesina o agente de policía capaz de luchar contra todos los hombres que se le pongan por delante, sin importar número, tamaño o circunstancias desfavorables.
“La protegida” sigue esa tradición de rol de casi superheroína. El problema de este tipo de argumentos es que suelen resultar inverosímiles, por lo que el guion debe incidir en otros matices que den color a las escenas de acción. Por desgracia, el de Richard Wenk no es de esos, limitándose a un sinfín de lugares comunes y un cierto tono cómico que no termina de funcionar pues ni el trauma infantil es relevante, la investigación es puro tópico y los alivios cómicos de Samuel L. Jackson y la relación amor- odio con Michael Keaton no termina de explotar. Y sin duda, estos dos aspectos podrían jugar a su favor pues los antagonistas que se desean y lo mismo se intentan matar que copulan sin remisión han dado gran juego en la historia del cine de acción. Pero “La protegida” tiene más de “Sr. y Sra. Smith” que de James Bond aunque su director sea Martin Campell, responsable de joyas del agente 007 como “Goldeneye” o la genial “Casino Royale”. A su labor como constructor de escenas de acción y de ritmo “a toda velocidad” no se le puede objetar nada, con una supuesta intriga que pasa de Londres a Vietnam. Lástima que del lamentable “libreto” poco se pueda sacar.
En el capítulo interpretativo resulta algo extraña la química entre Maggie Q y Michael Keaton, pues el actor tiene casi treinta años más que ella y edad similar a Samuel L. Jackson que hace de mentor y padre adoptivo. No es que esté mal ninguno de los dos actores pero el interés sexual “chirría” desde la primera escena. Es uno de esos problemas de Hollywood pues es una mujer así no parece creíble que se fije en un hombre más cerca del asilo que de esos combates épicos con patadas, disparos, cuchilladas y coreografías en cada pelea. Si se les ve cómodos con su interpretación “gamberra”, bordeando peligrosamente la comedia involuntaria. Más teniendo por ahí a Samuel L. Jackson haciendo de Samuel L. Jackson, con todo su repertorio de gritos, supuesto mal humor y frases despectivas.
Una oportunidad perdida para realizar un buen filme de acción y que resume a la perfección muchos de los errores de este tipo de productos en la actualidad donde no se cuidan los guiones y, por lo tanto, cualquier intento de dotar de ritmo queda laminado aunque a los mandos esté un buen artesano como Martin Campbell. Cine de presupuesto holgado condenado sin remisión a fracasar en taquilla pues no encontramos un segmento de población claro al que vaya dirigida la cinta pues dudamos que la sola presencia de Maggie Q vaya a llevar a demasiada gente a las salas aunque hayan visto a la actriz en un papel repetido hasta la saciedad en su carrera. Pero una cosa es Nikita o su secundario en “Sucesor designado” y otra llevar el peso de la narración. Y más con Michael Keaton como “pareja de baile”. Al no ser una superproducción no entrará como “Bomb office” como sucedió con otro largometraje que intentó llevar al estrellato a la talentosa Geena Davis como fue “La isla de las cabezas cortadas” donde entre el despliegue de explosiones, inverosimilitud y la compañía de Mathew Modine llevaron a la ruina a la Carolco. Y la de Renny Harlim era mejor película que esta “La protegida” e, indudablemente, Geena Davis superior a Maggie Q.
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