Uncharted es la enésima adaptación al cine de un vídeo juego. Lamentablemente, salvo honrosas excepciones tal premisa suele acabar bastante mal. Más allá de las patadas a la historia, a las leyes de la física y a la anatomía humana, el verdadero problema de Uncharted es que los personajes resultan planos y poco creíbles. Se nota que han gastado mucho más dinero en los efectos especiales que en contratar a un buen guionista. Desde luego, Uncharted está diseñada para el lucimiento de la joven estrella del momento: un Tom Holland que será muy mono y gustará mucho a las quinceañeras pero empieza a demostrar que es bastante limitado a la hora de interpretar. De hecho, Holland pone las mismas caras que si estuviera interpretando a Spider-Man. Es más, si le pones un traje y unos lanzarredes se podría decir que estamos viendo un film del trepamuros. Así de espectaculares son las acrobacias que ejecuta en esta película. ¿He mencionado que Holland se parece al Nathan Drake de los video juegos como un huevo a un cubo de rubik? Pues ya lo he dicho.
Si Holland no da la talla en su personaje de joven héroe, no te digo nada de Mark Wahlberg (otro que ha estado más tiempo en el gimnasio que leyendo el guión) ni de Antonio Banderas (más preocupado por volver pronto a Málaga que de sus líneas de diálogo). Ambos están francamente mejorables. Ya digo que el problema es de un guión bastante simplón. Tampoco hay química ninguna entre Holland y Wahlberg, que se supone que debería ser el hilo conductor de las escenas de acción. De las chicas de la película no voy a explayarme mucho: tanto Tati Gabrielle como Sophia Ali parecen recién salidas de las clases de crossfit.
El director de este producto es Ruben Fleischer, un director sin demasiada personalidad que lo más notable que ha rodado es Zombieland y que ya nos entregó aquella bazofia de Venom. Fleischer se desenvuelve bien en las escenas de acción y consigue que el film no aburra en ningún momento a base de enlazar espectaculares escenas de acción. Por cierto, a mí me resultó muy frustrante el enfoque de la película para todos los públicos gracias al cual los degollados apenas sangran. Casi todo en Uncharted resulta muy edulcorado a la vez que inverosímil (el plan de los villanos para rescatar los barcos perdidos es totalmente ridículo). Por no gustarme, no me gustó ni la música de Ramin Djawadi (Juego de Tronos, Westworld), esta vez ha sido incapaz de crear un leitmotiv asociable a la película. Otro que ha ido por el cheque. A pesar de todo, las casi 2 horas de Uncharted no se hacen pesadas.
Así pues, Uncharted es un pastiche de las películas de cazadores de tesoros e Indiana Jones con toques a lo Fast & Furious o Misión Imposible. A nadie se le escapa (y menos tras las dos escenas post créditos) que la idea es hacer una saga. Parece ser que la taquilla está respondiendo, así que tendremos franquicia para rato.
0 comentarios