Tygers Of Pan Tang parece que han cogido impulso con fuerza, porque en ese especial de revivas vivido hace unos años en UK de bandas de la NWOBHM que volvieron a circular especialmente por las islas, y que dicho sea de paso, nos dio la satisfacción de ver a viejos héroes recordando viejas hazañas, aunque en muchas de las formaciones escaseasen miembros originales. Robb Weir parece apostar por la permanencia de la banda en la escena y lo esta demostrando lanzando discos con regularidad. Mientras aparece su nuevo álbum, presentan con este e,p. titulado «A new heartbeat» en sociedad a su nuevo guitarrista, Francesco Marras y nuevo bajista, Huw Holding – aunque en el e.p. – la grabación de las cuatro cuerdas haya corrido a cargo de Gav Grey -, que junto a Weir, Jack Meille y Craig Ellis.
Cuatro canciones, dos nuevas, que muestran el camino elegido por Tygers Of Pan Tang, combinando fuerza y melodía, como ya hiciesen hace mucho tiempo a mitad de los ochenta, y dos regrabaciones, ambas de su disco debut, «Wild Cat» que es una buena manera de actualizar aquella grabación que siempre mucha gente ha situado por detrás de discos como «Spellbound» o «Crazy nights». Abren con la potencia de «A new heartbeat» en las que las guitarras se mueven en parámetros paralelos al hard rock de los ochenta, algo que también se hace palpable en la melodía de voz de Jack Meille, muy alejado de aquel debut de 1980 que reivindican recuperando dos de sus canciones. Aún así, es un gran tema, que calará perfectamente entre los seguidores del hard rock. La otra composición nueva es «Red Mist», donde el riff se vuelve más potente y marcado, con un tempo más heavy e incluso la melodía vocal retrocede hacia ese momento en el que la vieja esencia de la NWOBHM y los aires que venían soplando el éxito del hard rock en U.S.A. llevó a muchas bandas, T.O.P. entre ellas a buscar nuevas sonoridades.
Llega el turno de volver a dar barniz a dos canciones que como el propio Robb Weir asegura, apenas tocan en directo pero parece ser que el público se las pedía con frecuencia. La primera es «Fireclown»que no se aleja excesivamente de la grabación original si exceptuamos la voz, más melódica ahora. La otra es «Killers», en la que la introducción de bajo va más acelerada que en la original, como también ocurre en las guitarras, pareciendo que han decidido añadirle un punto más de potencia. De todos modos, es un placer volver a escuchar esos viejos ritmos de nuevo. A ver qué nos proponen en su nuevo disco, de momento, este «A new heartbeat» aprueba con nota.
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