«La rueda del tiempo» es uno de los proyectos estrella de la plataforma de Jeff Bezos del pasado 2021 que acaba de finalizar. Una serie que se apunta al «carro» de adaptar para televisión sagas basadas en novelas juveniles en lugares fantásticos de corte medieval, con toques de espada y brujería.
Con ello se intenta reeditar los éxitos de «El señor de los anillos» o «Juego de tronos», de base literaria y con numerosos seguidores por todo el orbe. El problema que acontece en «la rueda del tiempo» es su concepción actual y sus ansias de no ofender a nadie y seguir los parámetros de las corrientes de pensamiento dominantes , ya que tanto el material basado en los libros de Tolkien y, más en el caso, de las de George R.R. Martin los personajes deben luchar contra sus propios instintos y la violencia, la traición o incluso el sexo son puntos que limitan a los protagonistas o secundarios. Aquí no ocurre eso y las imágenes se van sumando con cierta sensación de «moralina» y lugares comunes, por lo que se reduce la capacidad de sorpresa en el espectador, sabiendo en todo momento cual va a ser la reacción de todos los roles importantes.
Además en el aspecto técnico «la rueda del tiempo» naufraga de forma inmisericorde pues la puesta en escena es atropellada y no se recuerda ningún episodio con soluciones eficaces en la dirección y sí múltiples errores de planificación, junto a unos escenarios irreales donde se nota el ordenador que los ha creado y un diseño de efectos especiales mediocre en una producción de presupuesto holgado.
Además por su propia idea de enmendar las novelas para adecuarlo a la cultura mayoritaria suceden cosas que distancian pues no se puede ofrecer un pueblo remoto donde es medio imposible llegar y que este sea un calidoscopio de razas y diversidad o que la Aes Sedai llegue de incógnito para descubrir si se encuentra entre los jóvenes el peligroso y mortal nuevo «dragón renacido» y ese incógnito dure lo que tarda en entrar en una taberna o que a pesar de la carga que supone ser ese elegido, todos sigan a la hechicera sin rechistar y nadie en «Dos Ríos» diga nada.
Es cierto que el ritmo narrativo es ágil y suceden bastantes cosas por lo que el producto es entretenido en todos sus capítulos. Fácil de ver y de olvidar, salvo las tropas del mal que sí están bien caracterizadas como un ejercito que parece hibridado entre los trolls y los «caminantes blancos». Amenazas mortales que por lo menos intimidan.
Entre el reparto destaca la eficaz Rosamund Pike que se reserva el mejor papel y a la que se le nota que aparece no sólo para cumplir con su rol sino esperando un éxito que engrandezca su función de co productora junto a un elenco coral de jóvenes atractivos de limitados recursos en más de un caso y que como todo en «la rueda del tiempo» no ofende e intenta englobar cualquier minoría étnica que pueble los Estados Unidos y así su «lobby» no proteste.
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