Tras el fiasco del proyecto de Jodorowsky, los derechos sobre Dune cayeron en manos del productor Dino De Laurentiis en 1976, justo un año antes del fulminante éxito de Star Wars. A principios de los 80 De Laurentiis vio que era el momento ideal, con toda la fiebre por la ciencia ficción espacial que había generado la saga de George Lucas. Para dirigir Dune pensó en Ridley Scott quien había ya creado dos clásicos de la ciencia ficción como Alien (1979) y Blade runner (1982), pero Scott no se entendió con De Laurentiis y éste pensó en un joven director algo excéntrico llamado David Lynch.

 Lynch había logrado un éxito enorme y 11 nominaciones con El hombre elefante (1980) aunque su primer film Eraserhead (1977) fuera una rareza inclasificable. Lynch ya había rechazado dirigir El retorno del Jedi ya que consideraba que era un proyecto de George Lucas y no suyo. Sin embargo aceptó rodar Dune y sus 2 posibles secuelas. Era evidente que Lynch era un director con talento pero excesivamente rarito para Hollywood. El problema principal de su Dune residió en las diferentes visiones que productor y director tenían: De Laurentiis quería un nuevo blockbuster a lo Star Wars mientras Lynch quería hacer algo totalmente distinto y personal que no se pareciera a nada rodado anteriormente. Esta disparidad de conceptos fue lo que probablemente hizo que Dune cayera en tierra de nadie.

  Por si fuera poco, el desafío de adaptar Dune era demasiado para alguien que sólo había dirigido 2 películas (en blanco y negro). El enorme presupuesto, los 80 decorados distintos en 16 platós diferentes, los efectos especiales, las localizaciones en México, el inmenso calor, etc pueden ser difíciles de controlar para un director experto en grandes superproducciones, pero el inexperto Lynch no estaba preparado. Lo suyo era el surrealismo y el terror de lo cotidiano, no las grandes producciones. Para el papel protagonista Paul Atreides se contactó a Tom Cruise, pero al final Lynch apostó por Kyle MacLachlan. La verdad, me cuesta imaginar a Cruise en el personaje. El rodaje se alargó demasiado debido a problemas de todo tipo en los desiertos de México (accidentes, enfermedades, aduanas), el presupuesto se disparó y Laurentiis pensó que al material rodado le faltaba comercialidad. El tono de lo rodado por Lynch era demasiado siniestro, lógico. Por cierto, los trajes que llevan los miembros de la cofradía eran antiguas bolsas de cadáveres encontradas en un viejo parque de bomberos. Los trajes de los fremen fueron una verdadera tortura debido al calor. 

 De Laurentiis empezó a temer un fracaso estrepitoso ya que Lynch era ya demasiado incontrolable. Lynch introdujo elementos surrealistas (los sueños, el agua) y morbosamente Lynchianos (el médico que cuida las pústulas del barón, el sadismo de los villanos). Pensando en la taquilla, De Laurentiis decidió rodar escenas adicionales sin contar con Lynch y eliminar otras. Del montaje inicial de Lynch de 5 horas, De Laurentiis lo redujo a poco más de 2. No sé de quien fue idea de añadir voces en off con los pensamientos de los protagonistas, lo cierto es que queda extraño y da la sensación de que no se confía en que el espectador entienda las motivaciones de los personajes sin oír sus pensamientos.   Obviamente, Lynch acabó muy descontento con las injerencias externas de De Laurentiis y con el montaje final, llegando a renegar de Dune. Por ello en las múltiples ediciones posteriores no aparece en los créditos el nombre de David Lynch sino Alan Smithee o Judas Booth (pseudónimos que usan los directores cuando no quieren verse asociados a una película). Por cierto, Lynch tiene un cameo en el film como extractor de especia.

 Dune se inicia con una narración que directamente se pule cientos de páginas del libro en apenas un minuto. En unos montajes se usa la voz en off y en otros vemos la imagen de la actriz Virginia Madsen. Pequeños matices que evidencian las diferencias de criterio. Al poco tiempo asistimos a uno de los momentos más impresionantes del film: la aparición en escena del Navegante de la Cofradía, un ser que podría salir de cualquier pesadilla propia de Lynch. El público se da cuenta que esto no va a ser una película facilona para toda la familia. El problema de Dune reside en que cuesta empatizar con los protagonistas. Sus problemas no nos preocupan por lo que el film mantiene el interés gracias a sus carismáticos villanos. Como en todo el cine de Lynch, los villanos son siempre mucho más interesantes. Para muestra un botón: Paul L Smith y Sting forman una de las parejas de esbirros más odiosos de la historia. Lamentablemente, el inexpresivo Kyle MacLachlan ayudaba muy poco a empatizar con su Paul Atreides. A pesar de contar con actores del nivel de José Ferrer, Max Von Sydow o Patrick Stewart en papeles secundarios, ha pasado a la historia ese pérfido barón encarnado por Kenneth McMillan

Los omnipresentes sonidos maquinales propios de las películas de Lynch acaban resultando molestos por mucho que estemos en una epopeya de ciencia ficción. A pesar del ritmo pausado del film y las distantes interpretaciones, Dune se ve con agrado a pesar de ser un film incómodo. Eso sí, el libro atrapaba al lector pero la película de Lynch no atrapa de igual manera. Tiene escenas muy impactantes (los gusanos, la prueba del dolor, el barón Harkonnen flotando) y el ritmo es adecuado en general aunque algunas elipsis resultan forzadas. No olvidemos que el libro tiene más de mil páginas y adaptarlas en 2 horas era tarea casi imposible. Aunque menos divertida que Star Wars ni tan absorbente como el libro, Dune fue toda una experiencia en su día. Lo cierto es que esta Dune de 1984 sí logró trasladar al espectador al bizarro universo de Frank Herbert. Pero era demasiado oscura y perversa como para ser un blockbuster de los años 80.

 Desde luego, la música de Toto y Brian Eno (que aporta el tema Prophecy theme) no estaba mal (otra vez la indefinición y dualidad) pero pasaba desapercibida ya que no había un leit motif claro. Por su parte, los diseños del maestro Carlo Rimbaldi para el citado Navegante de la Cofradía y los gusanos son simplemente geniales. El apartado visual convierte a Dune en una película con un especial atractivo aunque haya envejecido muy mal. Sus efectos especiales, aunque loables, resultan hoy arcaicos a pesar del encanto retro. Por cierto, me encanta la fotografía con esos tonos verdes.

 Dune fue un rotundo fracaso de taquilla en USA, aunque en Europa funcionó mucho mejor. De los 45 millones de dólares que costó (un dineral para la época) sólo recuperaron 27. A pesar de todo, o quizás por ello precisamente, Dune de Lynch se convirtió en un film de culto para los amantes de la ciencia ficción más adulta. A pesar del mal rollo que hubo entre De Laurentiis y Lynch, el primero le produjo acto seguido una película pequeñita ,barata y en la que le dejó al director el control absoluto: Blue velvet. Pero eso, amigos, es otra historia.

 

Dune (1984)

by: Luis Cifer

by: Luis Cifer

Luis Cifer, nació en la ciudad del cierzo. Se dice que siempre viste negro, que Luis no es su nombre real y que duerme en la calle. Otros dicen que tiene un trabajo, que no bebe alcohol e incluso que es padre de familia, pero no hay nada confirmado. También se le puede encontrar en su blog de cine.

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Últimas entradas

Últimos comentarios

Te puede interesar

Tokyo Vice (2ª temporada)

Tokyo Vice (2ª temporada)

La primera temporada de "Tokyo vice" nos devolvía a la primera línea a un enorme director de cine de acción como Michael Mann (por lo menos en sus dos primeros episodios) antes del estreno de su irregular "Ferrari". En esta segunda entrega en el “país del sol...

Osario Norte. Los últimos días de San Valentín

Osario Norte. Los últimos días de San Valentín

Conocemos a José Manuel Serrano Cueto más por su labor de escritor y divulgador cinematográfico que por la de director, a pesar de que en su momento vimos el estupendo “Contra el tiempo”, nominado al Goya al mejor documental (lo ganó uno más político, con más...

Feud: Capote vs The Swans

Feud: Capote vs The Swans

Tras el éxito de “American Horror story”, Ryan Murphy se pasó a Hulu para emprender el proyecto de "Feud: Bette y Joan", sobre el mal ambiente creado por sus protagonistas en el rodaje de “¿Qué fue de Baby Jane?” y su enemistad.  Un hecho del pasado narrado con cierto...

Un hipster en la España vacía

Un hipster en la España vacía

Es cierto que su prestigio se cimentó a finales de los setenta con un drama como “Las palabras de Max” y dentro de ese género ha dirigido trabajos interesantes como “Lulú de noche”, “Carreteras secundarias”, “La voz de su amo” o “Las trece rosas” pero donde Emilio...

El problema de los 3 cuerpos

El problema de los 3 cuerpos

“El problema de los 3 cuerpos” tiene todos los visos de convertirse en uno de los productos de la temporada en Netflix. De hecho, es el desembarco en la principal compañía de “streaming” de David Benioff y D.B. Weiss, creadores de ese epítome de la televisión actual...

Pin It on Pinterest