Tras convertirnos en acólitos creyentes del debut de las navarras Kabbalah nos llega provocador y altivo su segundo aquelarre en color negro y sepia. The Omen (2021) emerge de las tinieblas apoteósico. Se nota un ligero cambio en los parámetros de su liturgia pues el stoner y las cabalgadas rífficas prácticamente quedan descartadas para decantarse por químicos procesados a fuego lento en el occult rock, la folk psicodelia, el doom y el heavy psych de finales de los 60’s. La ambientación está cuidada al milímetro, las texturas, las atmósferas evocadas y los aquelarres sonoros son de una exquisitez apabullante. La misa satánica y la invocación al maligno han alcanzado su tétrica perfección (…).
«Stigmatized» nos desvela las esencias que estamos a punto ingerir, riffs funerarios, sonido misterioso y fascinante como si de una peli de Jess Franco se tratase. «Ciebes» impone más densidad y músculo pero a su vez contiene el estribillo del disco con perfectas y vaporosas armonías acompañadas de un clavicordio perfectamente metido, bajo y batería imponen sus mandatos, machacando cráneos… «Night Comes Near» y primera incursión en la heavy psicodelia 60’s con otra demostración de armonización vocal vampírica. «Duna» también os lo encontraréis en esta línea, menos dañino pero igual de pérfido con las malvadas sirenas arrastrándote al fondo del ensangrentado mar. «Ritual» es lo más cerca que Kabbalah han estado de Ghost, en momentos aislados eso sí, pero de intenciones occult prog fantasmales. «Lamentations» abre la cara ‘B’ del álbum con una lobreguez implacable, sientes el terror en tus carnes antes de que la sección rítmica marque el paso procesionario y la melodía vocal te subyuge una vez más. «Labyrinth» va un poco en la línea del mencionado «Ritual», con un bajo prominente y protagónico, unos punteos que erizan la piel y unos parches que salpican líquido sanguinolento. «Liturgy» cierra la misa comenzando con una batería marcial, la marca del Diablo se vuelve a dejar notar y sus perversas acólitas te susurran al oído por última vez antes de ingresarte para siempre en los dominios de Baphomet. En conclusión, creo que estamos delante del disco definitivo de las Kabbalah, bajando revoluciones e incidiendo más que nunca en el MAL a ritmo reptante, un pequeño gran clásico que publicado hace unas décadas se consideraría una jodida obra maestra del Horror en todo el mundo. Menos mal que Ripple Music se está dando cuenta del oscuro diamante en bruto que acaba de ingresar en sus filas. Aquí en España se enterarán muy pocos…
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