Llevo años leyendo y viendo como salen discos de Joe Bonamassa, un tipo ambicioso que saca trabajos como churros y que casi de la nada y con trabajo arduo consigue llegar a la cima sin haber inventado nada y facturando discos más bien asépticos y repetitivos. Sí, ya lo sé, muchos no opinaran como yo y es su derecho, pero Bonamassa me aburre, y mucho.
Lo he visto dos veces en directo, uno en sus inicios, y en ambas ocasiones sentí como sin querer embozaba más de una vez unos enormes bostezos. Demasiado virtuosismo en detrimento de la canción. Eso no le quita que tenga algún que otro temazo y un par de discos más que decentes, pero todo esto es para hablaros de un hecho ocurrido en 1991 y que sorprendentemente poca gente recuerda o menciona a la hora de hablar de Joe.
Aaron Hagar, Waylon Krieger, Berry Oakley Jr y Erin Davis, todos tienen algo que Bonamassa no tiene, un nombre famoso, ya que son los hijos respectivamente de Sammy, Robby, Berry y Miles… todos herederos de ciertos genes musicales de sus progenitores, algunos en mayor o menor medida, pero lo cierto es que mamaron música desde que se encontraban bien protegidos en sus placentas. Joe, tuvo la buena idea de juntarles a todos y ponerse a la cabeza de esta super banda de hijos de… Bloodline, textualmente en español línea de sangre, en referencia evidente a quienes eran, también estaba Lou Segreti en los teclados y como hemos ya mencionado un tal Smokin Joe Bonamassa como se hacia llamar por esa época.
Desde el principio hubo poco entendimiento entre Hagar y Oakley , Aaron seguramente también heredó la bocaza de su padre e imponía su poco criterio musical. Al final fue Oakley quien se encargó de las voces y el grupo comenzó a grabar algunas demos para un álbum que produciría Phil Ramone. Finalmente Bloodline lanzó su álbum debut homónimo en 1994 producido por Joe Hardy. Una gira abriendo para Lynyrd Skynyrd y Tesla, y la banda se esfumó con la misma rapidez que se creo, tras esa ruptura los miembros han ido cada uno a su manera picoteando el éxito en diferentes bandas.
Una historia que comenzó a facturarse después de un joven guitarrista fuera rechazado por varios sellos discográficos y que su mánager Roy Weisman propusiera que debería tener como apoyo una banda de hijos de famosos como respaldo musical. En definitiva aquello funcionó ya que solo fue Bonamassa el que comenzó una carrera en solitario que poco a poco le llevo en donde está. Weisman quiso continuar esa idea de Bloodline sin Bonamassa y pasar del Blues Rock a un genero mas rock alternativo, pero ante la negativa de sus miembros, se lanzó de pleno en la carrera de Bonamassa. Berry está con los quien siempre tuvo que estar, Devon y Duane en The Allman Betts Band, Krieger con la banda de su padre, los otros poca cosa.
Ironía del asunto es que no era hijo de un famoso el que se convirtió en famoso. Y es que todos no pueden ser Jeff Buckley y ser igual que su padre.
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