Sign o’ the Times es uno de mis discos favoritos. Quizás porque lo descubrí a los 15 años, quizás porque es uno de los mejores discos de los años 80 o, simplemente, porque es una gozada de principio a fin de un genio loco en la cúspide de su creatividad llamado Prince. Pongámonos en situación: 1987, Prince ha tocado el cielo con Purple Rain (1984) pero sus siguientes lanzamientos no han sido ni de lejos igual de exitosos. Tanto Around the world in a day (1985) como Parade (1986) son discos extraordinarios por motivos bien distintos. Prince se había alejado de las listas de éxito (a excepción del single Kiss) mientras regalaba hits a otros artistas (su Manic Monday para The Bangles se alternó en el número 1 con Kiss) y sus fans entre el público afroamericano le acusaban de alejarse de sus raíces. Era cierto. Prince había dejado de lado el funk de sus orígenes para coquetear con otros estilos como el rock, el pop o la electrónica. Sin embargo, la creatividad del genio de Minneapolis era incontenible. Prince grababa sin parar y puedo afirmar que durante 1985 y 1986 produjo buena parte del mejor material de su carrera. Un material que en buena medida iba a ir destinado al disco Dream factory, un disco interpretado por Camille, el alter ego femenino de Prince con su voz acelerada para sonar más aguda. Casi al mismo tiempo Prince preparaba el disco triple Crystal Ball. Se desconocen bien los motivos, Prince era así de caprichoso o alguien le quitó la idea o la Warner Records no le dejó publicar todo lo que quería para no saturar el mercado, pero ni Dream factory ni Crystal ball vieron la luz en 1987. Parece claro que Prince incluyó parte del material grabado por Camille en el proyecto Crystal Ball al que decidió cambiarle el título al componer el tema Sign o’ the Times. Incluso recuperó un tema de 1979, I Could Never Take The Place Of Your Man, debidamente actualizado, y otro de 1982: Strange Relationship.

 Así se configuró un LP ecléctico como pocos que era una amalgama de diferentes proyectos realizados por una única persona ejecutando múltiples personalidades. Sign o’ the Times incluye lo mejor de Prince y es, junto con Purple rain, su otra joya indispensable.

Prince se puso serio y muy crítico con la sociedad americana (drogas, Sida, armas, guerra fría, carrera espacial) en el tema Sign o’ the Times cuya letra dice más cosas en tres versos que muchos artistas en toda su vida. Sobre una base electrónica, Prince va soltando verdades que pintaban un panorama muy negro a mitad de los sombríos años 80. Lamentablemente, casi 35 años después no estamos mucho mejor y la letra de Sign o’ the Times es totalmente actual. Tras el inicial mazazo de realidad, Prince opta por el pop hedonista de Play in the sunshine, una maravilla festiva. Disfrutemos de la fiesta mientras dure. Prince nos regaló algunos de sus mejores temas rock como U Got the look, o las citadas I Could Never Take The Place Of Your Man y Strange Relationship. Pero Prince no se olvida de sus raíces funk en la incendiaria Housequake. Incluso se atreve con una maravilla psicodélica como Starfish and Coffee, demostrando que no había en su catálogo barreras estilísticas. ¿Y sus tórridas baladas habituales? pues algunas de sus mejores canciones de amor están aquí incluidas. Sirvan de ejemplo Slow Love, la extraña Forever in my life (con el coro adelantándose a la voz principal), The ballad of Dorothy Parker, Adore y, mi favorita, If I was your girlfriend. Pero es que, además, Prince se pone espiritual en The Cross, un tema que pone los pelos de punta aunque uno no sea religioso.

  Me dejo lo menos bueno para el final. A pesar de que casi todo el disco está compuesto, interpretado y producido por Prince, decidió incluir un tema en directo de su época con los Revolution: It’s gonna be a beautiful night. Un perfecto ejemplo sonoro de la locura que era un concierto de Prince, sí, pero siempre me rompió un poco el ritmo a pesar de estar incluido casi al final del disco. Del total de 16 temas que configuraban el doble LP, reconozco que las lascivas It y Hot thing me parecen las más flojas de todo el conjunto. Lo cual no quiere decir que no sean disfrutables, pero no están, a mi parecer, a la inalcanzable altura del resto de Sign o’ the Times.

Ahora, 33 años después de su publicación, los de Prince Estate reeditan Sign o’ the Times en diferentes formatos. La versión remasterizada de los 2 CDs originales no me interesa demasiado, no creo que el sonido se haya mejorado como para justificar su compra. La otra edición con un CD de caras B y remixes tampoco me interesa. Las caras B La, la, la, he, he, hee y Shockadelica ya aparecieron en The hits/The b-sides en 1993 y los remixes no aportan demasiado. Pero…. la Super Deluxe Edition de 8 CDs (o 13 LPs) y 1 DVD es otra cosa. Incluye todo lo anteriormente citado y nada menos que 3 CDs, ¡¡¡3¡¡¡, con 45 grabaciones inéditas registradas casi todas ellas alrededor de 1986 en los estudios de Paisley Park de Prince en Minneapolis. Ahí sí que los fans tenemos, por fin, acceso a parte de la famosa caja fuerte (o the vault) de Prince en la que guardaba el material que iba grabando.

Tampoco no engañemos, nada de lo aquí incluido supera a lo publicado originalmente en Sign o’ the Times pero que perfectamente podrían haberse incluido sin desentonar.  Son descartes y versiones preliminares, sí, pero no exentas de calidad. Así de primeras, me ha llamado la atención el choque de egos y genios que supuso Can I Play With U, el tema que Prince envió a Miles Davis para que añadiera su trompeta. Por algún motivo, el tema nunca vio la luz hasta ahora. Es un buen tema, un tanto atmosférico y difuso, que nunca entenderemos por qué Prince no publicó en vida. No está mal como rareza coleccionable disponible por primera vez de manera oficial. Lo mismo se puede decir de Crucial, que aparece con una letra distinta,  Rebirth Of The Flesh (que parece un avance de cómo acabaría sonando Lovesexy), Walkin’ in glory, Cosmic Day o Witness 4 the prosecution. Buenos temas de un creador en la cúspide de su carrera que fusionan pop, funk, soul, gospel, rock, jazz y todo lo que le pasara por la cabeza. Tanto la fiesta funk de Soul Psychodelicide como Emotional Pump suenan a diamantes sin pulir que harán las delicias de los fans. Lo cierto es que es un aluvión de temas y quizás no todos tengan el mismo interés más allá del puramente arqueológico. Lo que queda claro es la enorme creatividad de Prince por esa época. Cientos de artistas darían media vida por parir temas como Jealous girl, I need a man, Blanche, Love and Sex o Promise to be true, temas que Prince dejó olvidados en una caja fuerte. Alucinante. También hay hueco para sus locuras y descontrol habituales de Prince, por supuesto, como Eggplant, Wonderful day, And that says What? o Big tall wall. No está mal tampoco la versión de Forever in my life, aunque creo que Prince acertó a eliminar los instrumentos de viento, y una ampliada y jazzística Power fantastic (en la que podemos escuchar a Prince dando instrucciones a su banda en vivo).

 La cosa no acaba aquí. Los discos 7 y 8 y el DVD contienen el concierto que Prince y su nueva banda ofreció el 20 de junio de 1987 en Utrecht. Una verdadera gozada. Inolvidable la presencia en el escenario de Sheila E y Cat.

Lo dicho esta esta edición Super Deluxe es una delicia para los más fans, con jugosas perlas escondidas y mucho material para hincarle el diente. ¿Lo único malo de esta Super Deluxe Edition de Sign o’ the Times? El precio.

 

Prince: Sign o’ the Times (1987)

by: Luis Cifer

by: Luis Cifer

Luis Cifer, nació en la ciudad del cierzo. Se dice que siempre viste negro, que Luis no es su nombre real y que duerme en la calle. Otros dicen que tiene un trabajo, que no bebe alcohol e incluso que es padre de familia, pero no hay nada confirmado. También se le puede encontrar en su blog de cine.

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