Euphoria es como Sensación de vivir pero en bueno, sin tanto pijerío ni tanta falsa corrección política. Euphoria es la versión yanqui de una serie israelí sobre unos adolescentes actuales y sus problemas. Ya sabes: hormonas fuera de rango, ligues, sexo, desamores, confusión de identidad sexual y drogas. Añade a esta explosiva mezcla el poder de las redes sociales y ya tienes un crisol a punto de reventar. En Euphoria es tan importante la forma que el contenido. No es que la historia sea muy novedosa pero es su atrevimiento y la forma de narrarla lo que la eleva sobre la media de producciones televisivas. Como era de esperar de HBO, su cuidada fotografía, su montaje y la edición son sobresalientes. Al inicio de cada episodio asistimos a un impactante monólogo que se centra en un personaje, explicando su historia y a partir de ahí es imposible apartar la mirada.
Lo que sorprende de Euphoria es que no se corta un pelo a la hora de mostrar desnudos, sexo, el habitual consumo de drogas dentro de la sociedad norteamericana, la depresión o el abuso físico y mental. Situaciones que no son nuevas pero pocas veces las hemos visto plasmadas en pantalla de una forma tan impresionante como en Euphoria. Me resultó especialmente revelador el hecho de que se destaque el abuso de drogas de los adolescentes y sus padres. Es más, muchos adolescentes empiezan consumiendo las drogas prescritas legalmente a sus padres. La cronificación de la enfermedad y el abuso de ciertos medicamentos ya están acarreando no pocos problemas en la sociedad actual. Por este panorama crecen, viven e intentan desarrollarse los adolescentes de Euphoria. Como protagonista tenemos a Rue, interpretada por Zendaya. Rue intenta salir del círculo vicioso de las drogas pero la sociedad no se lo va a poner nada fácil. Zendaya da un paso de gigante en su carrera con este personaje, definitivamente fuera de la órbita de Disney. Sin embargo, es el personaje de Jules Vaughn, interpretado por la modelo trans Hunter Schafer, quien se lleva el gato al agua. Sus estilismos (esos eyeliners son fascinantes) y la complejidad de su papel hacen de Jules el personaje más carismático de la serie. La hermosa relación con Jules puede suponer la única oportunidad de Rue para salir de este vertedero de familias rotas, drogas y pasiones descontroladas. Hace mucho tiempo que no veíamos en una serie una química como la que hay entre Zendaya y Hunter Schafer. También cabe destacar el trabajo de Sydney Sweeney (esta chica va a dar mucho que hablar), Barbie Ferreira y Angus Cloud, todos perfectos en unos complejos personajes en busca de aceptación social.
Para acompañar todo esto tenemos la música del rapero británico Labrinth. Lo cierto es que su música se fusiona con las imágenes como un guante y funciona como un catalizador que eleva cada escena a un plano superior. Su banda sonora bebe de infinidad de estilos y sonidos (rap, trap, etectro pop, reggaetón) configurando un trabajo ecléctico y esquizofrénico a partes iguales. Sinceramente, no creo que nunca hubiera escuchado la música de Labrinth en mi casa, pero en la serie resulta fascinante y adictiva. Ya desde la primera escena te deja clavado al asiento. Hay tanta música y tan diversa como en el móvil de cualquier adolescente actual.
Nunca se vive la vida con la misma intensidad que en la adolescencia. ¿Te acuerdas?
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