El siguiente poema que toca (que es ya el número L) de Las Flores del Mal, la obra de Charles Baudelaire, se titula «Cielo encapotado». Un poema corto que es una descripción simbólica del cielo cuando está gris, o amenaza lluvia. En este caso, nuestro poeta desmenuza el paisaje como en aquellos cuadros antiguos con tanto detalle, solo que con las palabras.
LAS FLORES DEL MAL – CHARLES BAUDELAIRE
CIEL BROUILLÉ
On dirait ton regard d’une vapeur couvert ;
Ton œil mystérieux (est-il bleu, gris ou vert ?)
Alternativement tendre, rêveur, cruel
Réfléchit l’indolence et la pâleur du ciel.
Tu rappelles ces jours blancs, tièdes et voilés,
Qui font se fondre en pleurs les cœurs ensorcelés,
Quand, agités d’un mal inconnu qui les tord,
Les nerfs trop éveillés raillent l’esprit qui dort.
Tu ressembles parfois à ces beaux horizons
Qu’allument les soleils des brumeuses saisons……
Comme tu resplendis, paysage mouillé
Qu’enflamment les rayons tombant d’un ciel brouillé !
Ô femme dangereuse, ô séduisants climats !
Adorerai-je aussi ta neige et vos frimas,
Et saurai-je tirer de l’implacable hiver
Des plaisirs plus aigus que la glace et le fer ?
CIELO ENCAPOTADO
Pareciera tu mirada por un vapor cubierta;
tu ojo misterioso (¿es azul, gris o verde?)
Alternativamente dulce, soñador, cruel
reflexiona la indolencia y la palidez del cielo.
Recuerdas a esos días blancos, tibios y nublados,
que hacen fundirse en lágrimas los corazones embrujados,
cuando, inquietos por un dolor desconocido que los retuerce,
los nervios, demasiado alerta, se burlan del espíritu que duerme.
Te pareces, a veces, a esos bellos horizontes
que iluminan los soles de las brumosas estaciones…
¡Cómo resplandeces, paisaje humedecido
inflamando los rayos que caen de un cielo encapotado!
¡Oh mujer peligrosa! ¡oh seductores climas!
adoraré también vuestra nieve y escarcha,
y sabré extraer del implacable invierno
placeres más afilados que el cristal y la espada.
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