Diamond flash fue una propuesta tan personal y arriesgada que permitió intuir que detrás de la cámara había un tipo con mucho talento. Con su segunda propuesta Carlos Vermut depuró su estilo sin traicionarse a sí mismo.
Como pasaba en Diamond flash, ya desde el inicio Vermut nos deja descolocados con un soberbio prólogo rodado que consigue intrigarnos sobremanera. Algo bastante poco frecuente. Luego Vermut nos introduce sin prisa pero sin pausa en un enfermizo drama de personajes atrapados y deseos encontrados. Será el deseo de un padre por hacer feliz a su hija enferma de leucemia el desencadenante de esta fascinante historia. No puedo contar mucho más sobre la trama, es mejor que se el film se disfrute y te sorprenda (que seguro que lo hará) sin que nadie te haya contado demasiado.
Vermut no le teme a ningún género ni parece estar limitado por complejo alguno. Se nota una obvia mejoría respecto a su film anterior. Esta vez, el crisol de géneros (drama, comedia, terror, thriller, ciencia ficción) resulta más homogéneo. Vermut demostró poseer una particular visión del cine con sólo dos películas. Vermut crea un universo laberíntico con alma de rompecabezas. Magical girl posee un imaginario fascinante a base de elementos cotidianos que adquieren un significado perturbador: el espejo, el puzzle, la habitación, los sobres, el lagarto, etc. Elementos que nos remiten a esos pocos maestros que saben crear su propio universo como David Lynch o Stanley Kubrick.
El estilo narrativo de Vermut sigue siendo austero, hay pocos movimientos de cámara y no hay moderneces. Eso sí, me molestó esa manía que parece heredada de Lars von Trier de dividir la película en capítulos. Por suerte, esta vez Vermut se enreda menos en los diálogos. Por cierto, los personajes en los bares dicen verdades como puños en unos diálogos aparentemente intrascendentes que reflejan el sentir de un país. Aún así, es probable que a ciertos espectadores les cueste entrar en este peculiar universo.
El film se beneficia de un plantel de actores excelente. Yo destacaría a ese enorme actor que siempre ha sido José Sacristán, un actor con todas las letras que es capaz de dar verosimilitud a cualquier diálogo. Todo un señor de la interpretación que ha pisado más tablas de escenario que toda esta generación de jóvenes actores que pueblan nuestras pantallas y parecen recién salidos de un gimnasio. Me sorprendió gratamente Bárbara Lennie (merecido Goya a la actriz revelación) su complejo y contradictorio personaje me parece uno de los mejores personajes femeninos del cine español en mucho tiempo. No puedo decir más. Igualmente cabe destacar el trabajo de Luis Bermejo. Sí que debo destacar que de las 7 nominaciones que obtuvo a los premios Goya solamente ganó la de Bárbara Lennie, un injusto reconocimiento a este fantástico film.
Si te gustó Diamond flash te gustará Magical girl. En caso contrario, ni te acerques. Tú te lo pierdes.
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