Hace unos años, no muchos, conocí el Demonic Rock. Y me sorprendió gratamente. Era la mezcla perfecta entre dos estilos que llevaba tiempo cultivando en mis oídos: el heavy clásico de guitarras dobletes que bien merecen ser coreados y el metal extremo, que conjuga la agresividad y la melodía bajo una atmósfera de oscuridad.
Mi primer contacto con bandas de este estilo, The Devil’s Blood e In Solitude para ser más exactos, hizo que me diese cuenta de hasta qué punto el metal está muy lejos del estancamiento. Ya que no hay otra forma de innovación que volver a la fuente, a ese caldero primordial en el que la esencia del rock se mantiene. Como si fuese la Fuente de la Eterna Juventud.
Demon Head, desde Dinamarca, han recorrido los caminos que llevan al paraíso del rock, han bebido su elixir y nos lo presentan de nuevo con Hellfire Ocean Void. Un álbum digno de estar en la cabeza de esta vertiente del metal que, aunque sigue siendo relativamente nueva, su doble concepción de presente y pasado hace creer que siempre ha estado ahí. En letargo. Esperando para despertar.
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