Son ya unos pocos de años los que voy acumulando en esto del mundo de la música desde dentro. Y con cada día que pasa estoy cada vez más convencido de que esto está jodido. No hacer la salud de la música desde un punto de vista compositivo sino sencillamente hacer música en un territorio donde se sigue viendo como algo secundario, como un hobby. Y escuchando la profesionalidad con la que se presentan muchísimas bandas o artistas es una verdadera lastima que sigamos teniendo reparos a la hora de profundizar en lo que se hace dentro de nuestras fronteras, y no por un tema de chovinismo o falso patriotismo, que las banderas como todas, se hicieron para quemar. La razón es que hay gente haciendo cosas muy interesantes, discos que te hacen disfrutar.
Uno de esos discos es este «Fustian Fumes» de Bruce Grinn, un gallego criado en Inglaterra y que en su música ha sabido adaptar lo mejor de aquellos lares. Se nos presenta con un disco de guitarras marcadas que no acaparan atención pero si se convierten en protagonistas gracias a efectivos riffs como el de «Ride alone» y su regusto y melodía cercana a Dylan. Lo suyo es un sonido netamente propio del rock más actual y acercamientos a lo más granado del rock que se manufactura en las Islas Británicas consiguiendo un equilibrio acertado entre melodías más cercanas al pop en algunos casos y ese punch rockero del que no renuncia como demuestra en «Walk, seagger and gloat» e incluso se asoma a la orilla del Pacífico para revisitar un sonido más propio de los States con «Out of the wild». Sin lugar a dudas Bruce que se encarga de voces y guitarras junto a Miguel de la Peña (guitarras, bajo), Victor Fuggetto (batería), Gustavo Dominguez (piano y hammond) y Tania Rodríguez Braga a las voces se ha marcado un disco que hay que tener muy en cuenta.
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