En esta década no me considero, ni por asomo, un seguidor del proyecto de Max Cavalera, Soulfly, lo cierto es que tras seminales discos como su debut del ’98, Primitive (2000), 3 (2002) y Prophecy (2004) le perdí la pista por completo, el tipo empezó a sacar discos como churros con éste y con la unificación con su hermano Igor en 2007 con Cavalera’s Conspiracy y perdí el interés por completo.
Pero ete aquí que se habló mucho de este disco el año pasado y lo he tenido todo este tiempo en hivernación hasta que ‘alguien’ en Rock, The Best Music me pegó el toque espabilándome en su escucha. Desde aquí ya os digo que el rastas brasileiro ha vuelto a coger mucho ‘punch’ con Ritual (2018), una nueva colección de canciones que te dejan exhausto a la par que complacido en el que ya es el onceavo disco de la banda…
Dale al ‘Triángulo Blanco’ y comienza el jodido ‘RITUAL’!!!…
Buah… Las escuchas que llevo de este disco hacen que cada vez quede más atrapado en la maraña de odio y demolición riffica que plantea Mr. Cavalera. Las señas de identidad siguen ahí, el Trashcore, el Death Trash Metal, pinceladas de Nu/Groove Metal y un vozarrón que, a pesar de que en directo deje bastante que desear, se encuentra a un nivel espectacular en estudio. «Ritual» ya deja varias cosas claras en el inicio, la base rítmica formada por el mismísimo hijo de Max, Zion Cavalera (drums), y Mike Leon (bass) es aplastante e implacable, la guitarra de Marc Rizzo saca unos RIFFS con mayúsculas acompañados de unos solos de órdago y, cómo no, Cavalera padre saca todo su arsenal de rabia/odio/frustración para cerrar el círculo. El disco se digiere con gusto, si buscas desahogar algún tipo de stress o preocupación no hay mejor que recurrir al trash ‘a la Slayer’ de «Dead Behind The Mask» (feat. Randy Blythe de Lamb Of God), la muy interesante «The Summoning» comenzando muy grindcore para acabar claramente industrial, una virulenta «Under Rapture» con colaboración de Ross Dolan (Inmolation) y la vertiginosa «Demonized», deathmetalera como ella sóla. Pero hay más, me flipa mucho también la hardcoreta «Blood On The Streets» y la groove metalera «Bite The Bullet», además de saborear los homenajes a Motörhead en «Feedback!» y al, ¡atención!, riff inicial de «One» de Metallica en versión acústica y Jazzy (Lars Ulrich ya debe estar pensando en cómo sacar algo de pasta con este ‘guiño’…). En conclusión, un discazo de tomo y lomo perfecto para martillear tus tímpanos y tu alma más combativa y rebelde.
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