Lo siento mucho, Bohemian Rhapsody no es la película que Freddie Mercury se merecía. Supongo que, una vez más, la culpa es de los avariciosos de Brian May y Roger Taylor, que siguen estirando el chicle de Queen hasta lo indecible y por algo son productores de este film. Cada día me cae mejor John Deacon, quien tras el fallecimiento de Mercury no ha querido saber nada del expolio del legado del grupo ni de esta película.
Hay quien quiere ver en este film una celebración de la vida, obra y milagros de Freddie Mercury y Queen, pues muy bien. No es mi caso. Cierto que Rami Malek da el pego cuando su Freddie Mercury se sube a un escenario (ha imitado perfectamente sus gestos y ademanes) pero lo suyo no es una interpretación, es una imitación. Cuando su Freddie no está sobre un escenario no vemos por ningún lado el magnetismo y la complejidad que el personaje debería poseer. Al tener un ritmo tan atropellado, Bohemian Rhapsody no se toma su tiempo en presentar a los personajes por lo que los amantes del rock saldrán decepcionados. Bohemian Rhapsody es una visión excesivamente edulcorada del mundo del rock y de Queen en concreto. Todos son muy buenos chicos, apenas hay sexo o drogas. Estamos casi ante una versión para todos los públicos de la historia de Freddie Mercury. Un film sobre el mundo del rock que no muestra sus miserias. Otro producto destinado a hacer dinero. Sinceramente, eché de menos multitud de anécdotas de la vida de Freddie Mercury (más allá de fiestas de desenfreno y camareros enanos ofreciendo droga) como cuando Michael Jackson le echó de Neverland al descubrirlo drogándose en el baño, el supergrupo que quería formar con Elton John y Rod Steward (que se iba a llamar Teeth, nose & hair) o la grabación con David Bowie de Under Pressure con todos hasta las cejas de coca. Quizás hubiera sido mejor haber alargado el film hasta las 3 horas o hacer una jugosa serie de televisión.
No es que Bohemian Rhapsody sea una mala película, pero no está a la altura del personaje. Es demasiado atropellada, el guión tiene bajones de ritmo y cae en demasiados tópicos. Incluso recurre a la lluvia en las escenas dramáticas. Dicen que esta película la ha dirigido Bryan Singer, no sé si creérmelo. Dudo mucho que algo del talento del autor de Sospechosos habituales haya quedado plasmado en este telefilm. De hecho, Singer tuvo muchos problemas con Rami Malek hasta que fue despedido por acusaciones de acoso sexual a tres semanas de finalizar el rodaje. Singer fue reemplazado por Dexter Flecther y buena parte de su trabajo fue masacrado en la sala de montaje.
Viendo el film me surgió una duda: ¿A qué vienen esos casi 20 minutos a tiempo real del concierto en el Live Aid de Wembley? Por mucho que te guste Queen, esos 20 minutos no aportan nada a la trama. Además, las imágenes del Live Aid están en youtube al alcance de cualquiera aquí. Por otro lado, eché de menos que no se hayan plasmado los últimos 5 años de vida de Freddie Mercury, los terribles años de la enfermedad y la decadencia física. Supongo que habrá sido una decisión meditada, pero ofrece una visión muy parcial de la historia. La visión de Brian May y Roger Taylor, quienes quizás se reserven esa parte de la historia de Mercury para una segunda película a la que podrían llamar The show must go on. Tiempo al tiempo. Incluso podrían hacer una tercera película que narre la manera indecente en la que Taylor y May exprimen la gallina de los huevos de oro hasta el día de hoy, podría llamarse Death on two legs.
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