El cuerpo me ha vuelto a pedir de nuevo ‘Oleadas Stoner’ y aquí vengo esta semana con una triada de auténtico escándalo. Me he asegurado de traeros lo mejor, no son grupos del montón, no son miméticos sin gracia ante sus ‘Popes’, así como tampoco nos traen lo mismo de siempre, os lo aseguro.
‘Volando a través del plano astral veo una extraña luz en la distancia… esa extraña luz es una banda llamada Sundrifter’. Así se auto-definen en corto los de Boston (Massachussets), Sundrifter. Un ente que se debate entre lo árido y terrenal en contraste con su devoción por los U.F.O.’s y el Cosmos más sideral. Presentemos sin más dilación su último disco…
¿Que no sabes en qué consiste un ‘trabajador luminoso’?...»LIGHWORKER» is the solution!!!…
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Expulsados de algún agujero negro a principios de década, la banda formada por Craig Peura (vocals, guitar), Patrick Queenan (drums) y Paul Gaughran (bass) implosionan su debut en 2016 con Not Coming Back, una Opera Prima con un nivelazo ya de impresión y en donde vemos los parámetros sísmicos, pero también cósmicos, en donde la banda gusta de sumergirse con influencias tan dispares pero tan significativas como Kyuss, Soundgarden, Black Sabbath y, ¡OJO! hasta Radiohead. Lo que sí me molesta es que las bandas stoner hoy en día coloquen a QOTSA como influencia principal (parece que les dé caché el hacerlo…), siempre en primer lugar cuando, en el caso que nos ocupa, son muchos más evidentes las anteriormente citadas.
Y llegamos a 2018 con la publicación de ese difícil segundo disco, Visitations (2018), que consolida o crucifica a una banda. Desde luego, en el caso de los Sundrifter ocurre lo primero. El trío bostoniano sigue facturando un Stoner Rock muy aguerrido aunque jaspeado de Space Rock Psicodelia con una base rítmica jodidamente impenetrable y con una muralla de riffs tan demoledores como pegadizos («Sons Of Belial», «Hammerburn», «Sky Peoples Son»). Entre toda esta muralla, hay que destacar el contraste que la melódica y cautivadora voz de Craig impone al conjunto haciéndolo muy atractivo con temazos en donde parece que el Dios Cornell ha bajado de su pedestal eterno caso de «Death March» o «Till You Come Down», así como que se huele a los Queens en «Targeted» y la influencia de Tom Yorke/Homme en el etéreo final de «I Want To Leave».
Eso sí, si me tengo que quedar con un tema lo tengo claro, el Dios Cornell también, y ese sería sin lugar a dudas «Fire In The Sky». ¡¡¡Qué cañonazo amigas/os!!!
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