“Rumba, son y guaguancó, todo mezclado, pa que lo bailes tú”. El combo cubano Orishas están de vuelta en Barcelona.
La cita fue el pasado 15 de noviembre, en la sala Razzmatazz, dentro del marco de la sexta edición del ciclo musical Madtown Days by Jim Beam. Promovido por Radio Madrid y Radio Barcelona, Madtown Days by Jim Beam tiene como objetivo representar diferentes ramas musicales dirigidas a los amantes del directo.
Esta vez nos traían a Orishas y no podíamos faltar. Y es que todos los que hemos tenido el placer de verlos alguna vez, sabemos que “los dioses” en directo son increíbles. Roldán González Rivero, Ruzzo Medina y Yotuel Romero siguen dejándose la piel en lo alto del escenario.
Si hay algo que me fascina de estos cubanos es la fusión de música urbana y sonidos de raíz, así nacieron en 1999 con su A lo Cubano y siguen fieles a sus orígenes, hip hop y son cubano.
Esa fusión original les ha llevado por un camino lleno de éxitos, cuatro discos publicados, varios Grammys y el amor por su música en nuestro país. Diez años han pasado desde su Cosita buena en 2008, cuando decidieron separarse dejándonos a todos con ganas de más. Y fue el año pasado cuando nos sorprendieron dejándose caer por nuestra ciudad condal. Olía a reencuentro y a regreso por todo lo alto.
Orishas han vuelto de la mano con lo prometido, su último trabajo: Gourmet. Así se declaran: “Comida musical de calidad. Es un álbum que mantiene la misma esencia del rap cubano pero con un Orishas más evolucionado y más revolucionado que nunca”, explicaban en una entrevista a los medios estatales. La prostitución, la pobreza, la migración, la crítica política y el grito a la libertad son temas recurrentes en sus letras. Y siguen…
El espectáculo prometía sólo con mirar al escenario. Sección de vientos con trombones y trompetas, teclado y percusión con timbales, bongó y conga. Musicazos que asaltaron a las 21:30 con una presentación instrumental llena de buena onda. La rumba estaba asegurada.
Emoción y brazos en alto dieron la bienvenida al trío latino con el ya clásico Represent. Hay un son fue el segundo escogido, coreado y bailado por todos los asistentes. Y con Atrevido fueron tres cañonazos clásicos para empezar.
Las luces se fundieron a negro, con el sonido de trompeta y timbal de fondo y su sabor afrocubano nos trajeron uno de los temas nuevos, Bembé.
Y seguía el rescate de su tradición. A lo cubano fue el siguiente para pasar a Mistica. Su letra ayudó a Yotuel a bajar del escenario y acercarse al público. Los gritos y coros se hacían eco en la sala. En lo alto, la voz dulce e inconfundible de Roldán y los cortes raperos de Ruzzo. Gran sintonía la que disfrutaban los tres músicos.
Para seguir degustando su nuevo trabajo empezaron a sonar los primeros acordes de la balada romántica Sastre de tu amor. Esta vez el tema iba con mensaje y dedicado a los hombres. “Siempre y cuando ellas digan sí”, pedía Yotuel a su público. Nos pidió cantar, primero a los hombres y después a las mujeres. Un momento cargado de energía. Orishas saben llegar a sus fans, saben emocionar y su alegría destila pasión. Así se saborean…
Los trombones y trompetas sonaron espectaculares y pusieron durante todo el bolo un brío muy especial, sin olvidarnos de la percusión y los teclados. Rumbón y sabrosura, como dicen los cubanos.
Seguíamos con un pequeño trocito de Lobo para seguir recordando temas nuevos y a Franco de Vita, uno de los colaboradores del disco. La nostalgia se transformó en himno con uno de mis preferidos, 537 Cuba, una original adaptación de Chanchán en homenaje a Compay Segundo.
Y llegó la sorpresa de la noche. Yotuel nos anunciaba que querían incluir un poco de frescura al show cociendo un poco de Rock and Roll con sus especias tropicales. Como si de una guitarra eléctrica se tratara, uno de los trombones cogió el relevo y nos deleitó con temas como Smoke on the water (Deep Purple) y el Are you gonna go my way de Lenny Kravitz. Les gusta el rock, lo defienden y lo admiran. Todo un guiño a los rockeros de la sala y a uno de los mejores géneros del panorama musical.
Y para acabar de redondear la jugada su versión salsera de Seven Nation Army de White Stripes. Sabíamos que el baile estaba asegurado y a esas alturas nuestras caderas ya no podían parar.
El kilo y ¿Qué pasa?, llenas de contenido social, anunciaban que se acercaba el final. No sin volver a hacernos movernos entre ellas con el rap cubano Muevelow.
Una mezcla de reggae con otro temazo de su nuevo trabajo, Everyday, traería detrás un poquito de bolero. El Habana 157 canturreado por Yotuel recordando a su esposa, la actriz y cantante española Beatriz Luengo que es quien interpreta el tema en el disco.
La frase “porque para ser feliz no hace falta ná” vino de la mano de otra de las nuevas, No hace falta ná. Era el final. Gritos, bailes y oleadas de cariño despidieron a la banda con su enérgica y entusiasta Nací Orishas.
Una noche que llenó la sala y el día lluvioso del latido de las calles de La Habana adaptados al hip hop. Gracias Orishas por venir, a su banda de músicos que sonó implacable y gracias a Madtown Days by Jim Beam por la iniciativa.
Texto: Metal Syster
Fotos cortesía de @Tania Depares
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