Siempre me ha llamado la atención esa camaradería del rock. Un directo de varias bandas, terminan los primeros, y se quedan a echar una mano para que el siguiente se pueda apañar. Los de la organización se han convertido en prestidigitadores, que se cruzan el escenario con gallardía antes de empezar, haciéndose señas que sólo ellos entienden, mitad ser humano-mitad fantasma cuando en medio de la actuación un ampli petardea o pasa algo con el humo.
Soundshakers se preparan en tiempo récord, por lo menos para ser tantos. Batería, bajo, dos guitarras, teclados y voz. Seis tipos (cinco tipos y una tipa) que se comunican por señas, que les vale un leve gesto con la cabeza o un pulgar alzado para dejar la maquinaria a punto, como un arma cargada. Vienen rabiosos, tenían que haber tocado hace un par de días y sólo un diluvio con vientos huracanados fue capaz de detenerlos (en un sitio con mucha electricidad, tanta agua…)
Out of my brain. Cambios de última hora en el setlist les hace abrir con esta canción. Están motivados y se nota. Con el charles, un, dos, tres… ¡Soundshakers! Por lo menos esta primera impresión en tres segundos tiene un poso ochentero, me traen a la mente a los Guns and Roses, pero los que molan, You could be mine, Welcome to the jungle… el vocalista tira esos alaridos a lo Axl Rose, o a lo Rob Halford que, con las guitarras graves, pesadas detrás, provocan un contraste parecido al de los Judas Priest.
Electric lady. Comienza a lo AC/DC, con un poquito de guitarra y los demás cogiendo fuelle, hasta que estalla, porque estalla, en un riff que te deja la cara como si estuvieras en un túnel de viento. Coge American Woman, si quieres la de Lenny Kravitz, a los Rolling Stones de Jumpin’ Jack Flash y a los Motorhead de Killed by death y te sale Electric Lady. La batería es como el camión de El diablo sobre ruedas.
Out of control. Un riff pesado, a lo Tony Iommi, o a lo Barracuda, de las Heart. Se parece más a Barracuda que a Black Sabbath. Un grupo viajero en el tiempo, como Terminator. Dicho de otra manera, un grupo heredero: de los Iron Maiden, de los WASP, de Diamond Head… es innegable que cierto poso en el sonido viene de los New York Dolls, en las guitarras tienen ese puntillo a lo Sylvain Sylvain.
Down in a hole. ¿Será por la banda de Courtney Love? ¿Tal vez algún concepto de física en plan agujeros negros? ¿O será una broma por el ojo que no parpadea? No me ha dado tiempo a pensármelo. Arranca como Am I evil? De los Diamond Head (aunque popularizada por MetallicA). Parece Saruman llamando a filas a las huestes de orcos, y va ganando energía (receta marca de Soundshakers) hasta llegar a un estribillo a medio tempo, con coros a pleno pulmón.
Mr. Nothing. Si tienes los coros de Black dog, de los Led Zeppelin, y le metes el órgano del Fantasma de la ópera, todo desde un punto de vista hard rock, camino del metal, te sale esta joyita que podría estar en la banda sonora de una peli de James Whale. ¿Te la imaginas con imágenes de La novia de Frankenstein?
Crush ‘n burn. ¿Había dicho medio tempo en la anterior? Pues aquí llega el contraste. Toda la canción es una bestia desbocada, yo que sé, un caballo de carreras, una apisonadora, un avión supersónico… el bajo da tanta cera que tiembla el suelo, o me tiembla el pecho, o se me ha parado el corazón… no sé, pero tiene el espíritu de Rock and roll, de los Led Zeppelin.
Hold you. Blues-rock, más de lo segundo que de lo primero. Es como coger a Jimmy Reed y ponerle detrás a los Stone Temple Pilots. De las canciones que más destacan los teclados, por debajo del punteo dan mucho juego, como the Doors.
Wind. Comienza como Wicked game, de Chris Isaak, y es uno de los temas más tranquilos. Curiosa la forma en que la batería pega con intensidad en medio de una balada. Es calma y a la vez contundencia. Pese al tempo, las guitarras no pierden octanaje y suenan contundentes.
Slither. Esta es conocida. Slash, Scott Weiland… Aunque parezca lo contrario, habla más de Soundshakers que de Velvet Revolver. Lo primero, delata los orígenes de la banda, las influencias. Si me apuras, aún le meten un poco más de combustible a las guitarras, aún suena más leñero, y los teclados dan juego a la melodía, mientras que la voz tira de versatilidad, buscando un enfoque más agudo, no tan hard-rock, un poco más glam.
Fucking witch. Venimos de una baladita y una versión, y anuncian otra baladita, va a entrar en concierto en esa fase sentimental… y salen como una motosierra. Como soy un inocentón, pues me lo he creído y ahora estoy con los ojos saliéndoseme de las órbitas mientras me sale humillo de las orejas.
R’nR Records. Otra versión. En ese terreno entre el blues y el rock, pero con la energía del punk. Respetuosa con la original, pero dándole el toque Soundshakers, llevándola a su terreno.
Freeze sucker. Una buena descarga de rock&roll, pero el tiempo manda y tienen que tocar un repertorio recortado. Se tienen que despedir. Ya no están rabiosos, no tanto al menos como antes. Están contentos, satisfechos, pero aún nos van a obsequiar con una versión para despedirse. ¡Y qué versión! Puro Metallica, Diamond Head… la batería es un caballo desbocado, el bajo suena como si lo tocaran con la hélice de una licuadora, guitarrazos inmisericordes y los teclados por encima, enriqueciendo la mezcla.
Como buen boquis, allá me había presentado yo habiendo escuchado sólo dos o tres cancioncillas, videos de redes sociales grabados con el móvil… Hombre, sirve para hacerse una idea, pero no te prepara para lo que te vas a encontrar. Rock con poso, con gradación, con octanaje, envejecido en barrica de roble y servido entre llamaradas de motor trucado.
fotografía de Teodoro Balmaseda
Eses cañeros de la ostia!!!!!! a seguir asi maquinas!
Soy una apasionada del rock and roll, no tan duro como este, pero sois buenos chicos, seguid como hasta ahora, que los halagos vienen pronto, y más pronto el olvido, más por dejadez que por otro motivo. Un abrazo para todos.