El pasado jueves 26 de Abril será recordado en Madrid, sobre todo por los aficionados colchoneros por ser el 115 Aniversario del Club Atlético Madrid, pero también por ser una noche mágica para los seguidores rojiblancos que abarrotaron hasta colgar el cartel de Sold Out de la mítica sala y templo del garaje y underground madrileño, como es el “Gruta”. Eso hace que piense, que cuando un club tiene una afición propia, que no les obligan a ir uniformados como si de un grupo de góspel se tratase para dar color y ambiente dentro del silencio, con el sentimiento de ir a los espectáculos deportivos a disfrutar y no ser unos “Glory´s Hunters”, la afición se reúne a disfrutar como hermanos. Como dice el célebre himno atlético «-Derrochando coraje y corazón-»
Es de agradecer que Asociaciones deportivas como el Atlético Club de Socios o Señales de Humo, organicen estos eventos contando con los socios y seguidores del Atletico de Madrid y aficionados a la música en general, sin importarle el éxito del evento, si no, la reunión y familiaridad de los sentimientos rojiblancos y musicales.
A las 21:05 con una sala a reventar ,y con un colorido rojiblanco que teñía cada rincón de la sala, comenzó el partido de semifinales de Europa League entre el Arsenal y el «Atleti», los cientos que se quedaron sin poder entrar se tuvieron que ir a la cervecería Pasau a ver en encuentro con pena y cabeza gacha por no haber sido previsores y comprar la entrada antes.
Del partido que decir, mucha animación, enfados con el árbitro y sobre todo nerviosismo por ver al Atleti encarnando a los 300, como si de espartanos se tratasen en la batalla de las Termópilas, aguantando con una autentica muralla el asedio en el Arsenal Stadium, pero si alguien quiere la crónica del partido, mejor que se lo lea en las diferentes plataformas deportivas que la red ofrece, así que vamos a hablar del concierto.
La presentación en Madrid de RED & WHITE MOTHERFUCKERS, no pudo ser mejor, una sala a reventar, un equipo técnico lleno de instrumentos que recordaba a las giras de los mejores Stones, casi tenían una guitarra y un bajo para cada canción.
Se notaba un ambiente de nervios, muchos se fueron porque solo vinieron al partido, lo que provocó que mucho de los que se habían quedado sin entrada tuviesen la oportunidad de ver a los cuatro chicos del equipo del estadio de El Bercial. Puntuales, que siempre es de agradecer, salió el cuarteto al escenario. Allí pudimos ver como Fernando a la Bateria, Ricardo y Raúl a la guitarra y Antonio al bajo (los dos últimos también a las voces). Aunque es grupo de nueva formación, como dijo Don Luis Aragones, tienen el “culo pelao” de tocar con los mas grandes de la escena madrileña. El concierto se basó en un repertorio de versiones del mejor rock y punk ochentero de los grandes grupos madrileños como Ilegales, Enemigos, Leño, Alarma, aunque no faltaron clásicos de Ramones, Polla Record o el “Loco”, y como no podía ser de otra forma, himnos rojiblancos que llevaron a la sala a un autentico orgasmo de sentimiento “Indio”.
Cosas que llamaron mucho la atención fue ver a grandes del mundo del rock y seguidores de la noche madrileña participando del espectáculo, sin ir mas lejos un grande de las barras nocturnas y garitos de rock como es “Chele” Brasero, acabó subiendo al escenario con la agilidad de un felino y saltar a esa marea de brazos que abarrotaba la pista del “Gruta”. Otro gran momento fue cuando el grupo invitó a subir al escenario a los aficionados para cantar el himno del Atleti con notas rockeras y tuvo que intervenir la seguridad por la gran afluencia de gente que quiso subir y no hubiese un problema de seguridad. Allí arriba un puñado, con micro en mano, invitaron a otro grande de la noche madrileña como es Paco “Paraca” a coger una de las múltiples guitarras y tocar los primeros acordes del himno rojiblanco, con el envite en su mano, Paco agarró la guitarra, subiéndosela por su ovalada barriga y como si estuviésemos viendo a BB King con “Lucile”, se marco un punteo emotivo en esa orgía rojiblanca que se había convertido la sala.
Ya terminado el evento y con un público femenino muy alborotado (solo hubo que ver como acabó el escenario llena de ropa interior de mujer (y alguna masculina)), los cuatro bajaron a calmar el ánimo de todas y todos los fans «groupies» que les esperaban. La fiesta continuó hasta el cierre de la sala, donde se pudo ver algún clásico nocturno yéndose a “cuatro patas”
Una noche para el recuerdo, donde se celebró un aniversario de un club de fútbol, un concierto que mucha gente tardara tiempo en olvidar y el sentimiento de que todavía quedan 364 días para volver a ver a los 4 de El Bercial en otro ROCKJIBLANCO.
Tú si que sabes, monstruo.