Que empiece la batalla de los guturales y ‘screamos’ con un jodido peso pesado que ya tenía ganas de traerme a esta sección y que, quizás por ser demasiado conocidos, siempre daba prioridad a otras bandas más desconocidas y ‘underground’ en aras de dar a conocer la nueva sangre que sigue nutriendo (y pervirtiendo) nuestra música favorita. Ha llegado la hora de traer dos de las gargantas más espeluznantes y extremas del Metal (con permiso de Jinjer, claro está) como Angela Gossow y Alissa White-Gluz dentro de la maquinaria de los gigantescos Arch Enemy suecos. SCREAM!!!…
No se pueden empezar las hostilidades de otra forma, busca tu «Nemesis»!!!!!!…
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Mi adoración por el líder y factotum maximus de Arch Enemy, Michael Amott, siempre ha estado ahí, no precisamente por su proyecto más famoso, sino por su determinante aportación siempre a los más stoners Spiritual Beggars que me cautivaron para siempre con aquel impresionante Ad Astra del 2000. En todo caso aquí venimos a hablar subyugados por el mandato de las Criaturas Salvajes y no va a ser él el protagonista de este post pues Angela y Alissa demandan por derecho propio su merecido protagonismo aquí.
Los Arch Enemy son un poderosísimo combo de Death Metal Melódico formado en 1996 en Halmstad (Suecia) por los hermanos Ammot: Michael (Carcass, Spiritual Beggars, Carnage) y un practicamente imberbe Christopher (más tarde en Armaggedon), Johan Liiva (vocals, bass) y el batería Daniel Erladsson (Eucharist). En sus comienzos, Michael quería seguir explotando lo realizado con Carcass y el debut de A.E., Black Earth (1996) es un pequeño clásico del género al que le siguieron dos discos más, Stigmata (1998) y Burning Bridges (1999) que aumentaron la popularidad de la banda más allá de Europa siendo ya unas estrellas absolutas en Japón.
Las cosas en el seno de la banda no funcionaban demasiado bien y entre idas y venidas de miembros entre el ’96 y el ’00, el ‘capo’ Amott recluta a un fichaje tan certero como inesperado, la empresaria, periodista eventual y líder de los death metaleros combos Asmodina y Mistress, Angela Gossow, que formará parte vital del viraje definitivo de los Arch Enemy hacia un sonido más amplio de miras practicando un Death Metal Melódico con mucho ‘punch’ y con unos vocales guturales y ‘screamo’ jodidamente infernales y demoníacos. Angela fue todo un rebulsivo para Amott & Cia pues consiguieron llegar a lo más alto del Metal gracias a la rubia Criatura y a cinco discos como cinco amenazadoras gárgolas de un templo Satánico, Wages Of Sin (2001), Anthems Of Rebellion (2003), Doomsday Machine (2005) (quizás mi favorito), Rise Of The Tyrant (2007) y Khaos Legion (2011). Llegados a este punto, deja la banda voluntariamente y de buen rollo para dedicarse a sus proyectos empresariales.
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Y bien, ha llegado el momento de enfrentar cuerdas vocales con el nuevo y espectacular fichaje para Arch Enemy, Amott no puede dar mejor en la diana que convenciendo a la canadiense Alissa White-Gluz para ser la frontwoman perfecta en sustitución de Angela, Alissa llevaba una carrera triunfal con The Agonist, no en lo más alto pero gozando de éxito y seguimiento, siendo muy típicos sus contrastes vocales entre registros limpios y melódicos y asalvajados guturales. En Arch Enemy tuvo que abandonar los melódicos por imposición del ‘jefe’ siendo continuista con el sonido de la banda y de la Gossow.
War Eternal (2014) le llega compuesto entero musicalmente, aún así tiene la confianza de Amott para escribir varios temas, el disco es brutal, variado, épico, por momentos con estructuras e instrumentación clásica y la voz de Alissa, más técnica, más diversa y menos descarnada y demoníaca que la de Angela, se adapta como un puto guante a las canciones. Tres años después llega Will To Power (2017) el disco más aperturista y comercial de la banda. Sin ser rompedor para con su antecesor, estamos delante del disco que, sutilmente, desarrolla ese sonido Death Metal más melódico que nunca, con momentos clarísimos para la tralla acostumbrada («The Race», «The World Is Yours» o «My Shadow and I»), épica metálica («A Fight I Must Win», «The Eagle Flies Alone»), o desapercibidos ataques comerciales y melodiosos bajo la muralla Metal de la banda («Blood In The Water» o «Dreams Of Retribution» con arreglos clásicos). Las sorpresas más evidentes son, en primer lugar, la primera Power ballad de la banda en toda su carrera, «Reason To Believe», con Alissa cantando, por primera vez, en registro limpio (una pena esos guturales corta-bolas en el estribillo…) y el corte final con la cover de G.B.H. «City Baby Attacked By Rats» en la que vemos a la banda en una tesitura menos técnica y más hardcoreta. Ligeros cambios, aportación cada vez mayor de los nuevos miembros para un disco que sigue abriendo camino hacia lo inesperado. Ha llegado el momento de la 3ª Guerra Mundial con la ‘BOLA EXTRA?, métete en el bunker y visiona ESTO…
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