Seguros que recordais a KLF, aparecieron dentro de la escena electrónica y se convirtieron en fenomeno de masas, con sus ritmos capaces de poseer a las audiencias de todo el mundo. Pero con la misma facilidad que subieron a la cima dicidieron un día desaparecer, pero no de cualquier manera, porque ellos no eran como el resto. Aún recuerdo el revuelo cuando decidieron quemar un millón de Libras en la Isla de Jura, por cierto, lugar donde George Orwell terminó de escribir «1984», obra en cierto modo conectada con este libro, en el que los integrantes de KLF, ahora bajo otro de sus seudónimos, vuelven a la paletra con un libro en el que el apocalipsis bajo su forma de entender la vida se muestra bajo la orden de un nuevo Gran Hermano, aunque esta vez sean 5 grandes corporaciones, cuyos servicios, tu, yo y la mayoría de la humanidad usamos a diarío, y seguro que estás haciendo mientras lee esto, se han hecho cargo de nuestro devenir, comprando naciones y devolviendo la paz al universo, aunque el ser humano necesitemos de la guerra y la destrucción para sentirnos vivos.

El libro se divide en una trilogía en la que van dando rienda suelta a todas sus elucubraciones y conspiraciones, aprovechando hechos pasados y previsiblemente futuros, sirviendose de nombres que todos conocemos y que te hacen meterte dentro del argumento del libro, y tomar partido rapidamente. Un grito de libertad, de vuelta a la sencillez, un ataque frontal dirigido a romper las cadenas de la tecnología que nos hace la vida más fácil a la vez que nos va conviertiendo en su sirvientes, dependientes de una forma de vida que han conseguido convertir en habitual y rutinaria. Recuerdan con buena memoria y nostalgia viejos programas de televisión, artistas e imagenes de un mundo que vivimos no hace demasiado tiempo mientras van urdiendo una trama que termina conviertiendose en un camino de baldosas amarillas lisérgicas tan propia de aquella música que eran capaces de hacer en discos como «The white room». Una novela que vas devorando con ansia a cada página, a cada párrafo, a cada locura impresa en ella. Una de las novelas de la temporada, y no solo por el regreso a la vida pública de sus autores, sino por lo que encierra detrás de sus tapas.

by: Carlos tizon

by: Carlos tizon

Licenciado en el arte de apoyar el codo en la barra de bar. Comencé la carrera de la vida y me perdí por el camino, dándome de bruces con el rock and roll. Como no pude ser una rock star, ahora desnudo mi alma cual decadente stripper de medio pelo en mi blog, Motel Bourbon.

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