Contadas son las veces que me echo las manos a la cabeza al escuchar un disco de rock progresivo, quizás porque como en la mili, que el valor se te suponía, la calidad se le presupone. Esa actitud de ya he visto de todo, que tienes tu que ofrecerme, es como una coraza que al final termina funcionando como buena guadaña para separar el grano de la paja. Pero a veces, me echo las manos a la cabeza. Me ha pasado con Cloudmap, el disco suena en mis altavoces y me sorprendo dejando todo lo que ando haciendo para centrarme única y exclusivamente en la música de estos veteranos músicos, que hace ya quince años decidieron dar vida a este proyecto, en principio como una escuela de investigación musical y que ha dado su fruto en forma de disco una década y media después en forma de 12 canciones apabullantes.
Tras su portada se esconden 50 minutos de reflexivo rock progresivo en la onda de los más inspirados Porcupine Tree, Genesis y Radiohead, cavilando sobre la relación del hombre y el universo, girando todo alrededor de esta idea en este disco conceptual. «Painful choreography» abre el viaje, melódico, ritmo hipnótico gracias a la base rítmica. Una de mis canciones favoritas es «White flag» en la que se introducen en parámetros más propios del metal progresivo pero sin desatar la furia, manteniendo una especie de calma tensa. «Spines» deja ver a las claras su alineación junto a los de Thom Yorke, y no es la única vez en todo el disco que lo notamos. «Gluttony» se muestra tierna y a la vez voraz, basada en esas acústicas. «Gluttony» también busca esa claridad sonora. «Old friends» vuelve a incidir en el sonido Raidohead aunque con unas guitarras más incisivas.
«Summer day sand» deriva en cierto modos a sonidos del rock americano de final de los 90, para de nuevo volver a parámetros más progresivos y metálicos con «Truth unveiled» donde podrían emparentarse con unos Mastodon menos pesados. «Islanded in a stream of stars» es otra de esas canciones maravillosas musicalmente hablando, con una base rítmica muy buena y esas dosis de fuerza que la engrandecen aún más. Con «H.Y.R.T.H.» suenan más metalizados, guitarras predominantes, bases electrónicas, ritmo cortante. «Out of love» incorpora elementos del jazz, por si faltaba algo que estos tipos no fuesen capaces de afrontar. Acaba este gran disco con «The wrong evolution» y de verdad, estamos ante una banda espectacular, que posiblemente tenga muy poco mercado por delante, pero que son capaces de llevar su música a límites insospechados.
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