Curiosamente llegue a The Cult tras un concierto de Doctor and the Medics en Madrid donde asistimos exactamente cinco personas. Lo que me impactó realmente de aquel bolo aparte de la profesionalidad de Clive Jackson (nombre real del Doctor) fueron las dos coristas que traía; Colette Anadin y Wendi Anadin, dos muchachas prácticamente idénticas y tan misteriosas como sexys que bailaban al unisono sin cesar de una manera hipnótica. Al final ni eran hermanas, ni se llamaban Anadin evidentemente, pero fue una grata sorpresa descubrir por ellas que eran amigas de un tal Ian Astbury y que aparecían en el vídeo del tema “Rain” de la banda del tal Ian; The Cult. Ni corto ni perezoso al día siguiente me acerque al Discoplay de la Gran Vía a comprar un ejemplar de “Love”.
Pero fue sólo un par de años más atrás que la banda me impacto realmente con un trabajo al que le inyectaron savia nueva y fresca. Con Ian Astbury y Billy Duffy como amos a bordo de la nave dejaron atrás el estilo Gótico con el que empezaron bajo el nombre de Death Cult y de paso también el sonido post-punk buen rollete de “Love”. Llegaron con un artefacto bajo el brazo influenciado por Free, Stones, pero sobre todo Led Zeppelin. Todo empieza en los estudios de grabación Manors donde Ian empieza a comportarse de manera errática y los problemas con su escudero Duffy empiezan a emerger para convertirse a día de hoy en algo habitual entre ellos. Steve Brown que había producido su anterior trabajo se ocupa de todo junto a Bill durante el día y Ian aporta sus textos con cuenta gotas por la noche hasta que finalmente completan doce temas y titulan el disco “Peace”.
Pero el grupo está poco convencido del resultado obtenido, quieren cambiar la fórmula ganadora de “Love”, arriesgarse y cambiar de tercio, un poco al estilo de Bowie que con cada obra cambia de tercio. Ian y Bill deciden llamar a un joven prodigio de la producción, un tipo llamado Rick Rubin. Tras una escucha de las cintas grabadas, Rubin decide de que hay que volver a regrabar el tema “Love Removal Machine”, Rubin les alquila el famoso estudio de Hendrix en New York para grabar una serie de temas que servirán de caras B. Lamentablemente el equipo del grupo se queda bloqueado en Londres por lo que The Cult deberá conformarse de un equipo alquilado en la ciudad de los rasca cielos. Ni siquiera Duffy tiene sus pedales de efecto y en esas condiciones entablan las grabaciones disco junto a Rick Rubin.
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Dieciséis horas diarias dirigidas por un Rubin subido sobre una bicicleta estática bebiendo zumo de pomelo sin cesar. El mago de la producción dirige la grabación con un entusiasmo que contagia a Ian Astbury que da lo mejor de sí con sus prestaciones vocales. Rick propone que la banda grabe una versión de “Born to Be Wild” de Steepenwolf, y es en ese momento que el manager de la banda se percata que Rubin no solo está haciendo que la banda grabe unos temas para caras B, si no regrabando todos los temas del disco. Pero el resultado es tan maravilloso y el grupo esta tan pletórico y unido que la gestación del disco se está convirtiendo en algo antológico. La banda pasa las navidades en la gran manzana, le pega un lavado a su look, tomando una actitud y unas vestimentas mucho más rockeras.
Finalmente “Electric” sale al mercado con una banda que goza de un nuevo sonido compacto, pura adrenalina sónica, con un sonido de batería demoledor obra de Les Warner antiguo batería de Randy California. Nada más salir el disco, es un bombazo, desde el primer momento un clásico del Hard Rock; “Lil’ Devil”, “Love Removal Machine”, “Wild Flower”, “Peace Dog”, “Aphrodisiac Jacket” se convierten en piedras angulares de su repertorio.
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The Cult parte de gira de teloneros de Billy Idol, Guns And Roses y Bowie, pero el carácter errático de Astbury provocan una gira caótica, según qué noche Ian le da por destruir la batería de Les Warner al final de cada concierto, o caminar desnudo por el borde del balcón a altas horas de la noche.
Aquello merma un poco el éxito conseguido por “Electric”, en el sentido que podían haber rizado el rizo aún más y sacar mucho más provecho de la gira, pero de todas formas Ian y Bill ya tienen pensado su siguiente jugada que les llevara a triunfar un poco más. El primer paso es echar a Les Warner de la batería y fichar a Mickey Thimothy Curry un músico de altos vuelos que se adapta a cualquier exigencia, juntos se instalan en L.A donde contratan al productor Bob Rock para grabar su siguiente discazo; «Sonic Temple».
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