Basada en el largometraje francés «Nuit blanche» (que no era gran cosa, todo hay que decirlo), «Noche de venganza» intenta ser una cinta de acción trepidante para lucimiento de un Jamie Foxx, cuya carrera parece haber quedado un tanto varada, tras años de reconocimientos, premios y filmes taquilleros que llegaron a su máxima expresión tras ganar el Oscar por «Ray». Un impulso que viendo el resultado final no parece que vaya a llegar pues solo han conseguido una correcta película, entretenida pero que no parece que vaya a reventar la recaudación.
Su responsable es el suizo Baran Bo Odar, que tras un par de éxitos en Alemania da el salto a Hollywood para narrarnos una historia de policias corruptos, honestos y delincuentes, cuyo desarrollo sucede en una sola noche en un casino en Las Vegas, tras un breve primer acto con un atraco y el robo de una bolsa llena de cocaína. A ritmo frenético avanza el largometraje intercalando las escenas de acción con secuestros, tiros y peleas, junto con una investigación policial con todo tipo de giros, donde los buenos se convierten en malos y viceversa, como sucedía en la ópera «La flauta mágica» de W.A. Mozart donde el «villano» Sarastro acababa siendo la rectitud personificada y un «cicerone» para Tamino y Papageno y la «cándida» «Reina de la Noche» una arpía despiadada. Un tipo de argumento que siempre suele funcionar bien y que aquí no es excepción, pues es pasable lo que sucede en pantalla, en buena medida al desenfreno de sus imágenes, en el que hay que destacar la edición de Robert Rzesacz (hombre de confianza de Baran Bo Odar en este apartado) y un guion acertado de Andrea Berloff que junto a la espídica realización de su director consiguen que durante la poco más de hora y media de duración estemos entretenidos y veamos con agrado las evoluciones de este padre y detective por «salvar el cuello» ante unos implacables mafiosos que tienen retenido contra su voluntad a su único hijo y unos no menos implacables inspectores de asuntos internos que tienen contra «la espada y la pared» al protagonista. El problema reside en que desde poco avanzado el argumento la sensación de inverosimilitud tiñe todo el metraje y por muy alambicadas situaciones se encuentre este «agente de la ley» sabemos que va a salir de ellas con algún increible ardid; sea escapando entre la multitud, golpeando a cualquiera por imponente que sea, utilizando su inteligencia o su capacidad de seducción. Y es que este Vincent Downs parece una especie de John Mc Clane en versión «serie B». De hecho se encuentran ciertos paralelismos con estupendas películas de acción como la mencionada «Jungla de cristal» de John Mc Tiernan o el «Collateral» de Michael Mann, donde también aparecía Jamie Foxx, auténtico protagonista, aunque bien acompañado por una selección de secundarios, todos antagonistas del personaje encabezados por Michele Monaghan, Scott Mc Nairy y Dermot Mulroney.
Un entretenimiento pasajero que se ve con facilidad. Una historia nocturna que con todos los «clichés» del género merece el aprobado. Fácil de ver y fácil de olvidar. Esta «Noche de venganza» (horroroso título de «Sleepless», algo así como desvelado) es un pasatiempo ligero para pasar estas lluviosas tardes de primavera.
0 comentarios