Nunca les había prestado atención a los jienenses Santo Rostro, de hecho hasta me pensaba que eran una banda escandinava de Noruega o Finlandia por su alto contenido provocador, lascivo y anticlerical pero ha tenido que venir la pasada Semana Santa para volver a descubrir a otro (y van…) gran combo de Stoner (formato Doom) dentro de nuestras fronteras. Nada como los Santo Rostro para rememorar el ‘Viacrucis’ de días pasados como gusta de llamarlo a Bernardo de Andrés…
Dejémonos llevar por los mejunjes del ‘curandero’…
Con una portada tan inquietante y provocadora en la mejor tradición del ‘Horror Vacui’ del medievo (referencia a las Tentaciones de San Antonio) ya te puedes hacer una idea de lo que te vas a encontrar en los surcos del tercer disco de los Santo Rostro. Pero no nos adelantemos. La banda se forma allá por 2013 en formato cuarteto con un implacable y homónimo Santo Rostro (2013) que les entronca de inmediato en la escena ‘sludge’ con una influencia muy acusada de High On Fire y Mastodon. En 2015, y lejos de querer hacer el mismo disco, sacan el fétido y tenebroso II: The Bleed mejorando producción y matizando definitivamente su personalidad a medio camino entre el Heavy Psych y el Stoner Doom más correoso y virulento.
Llega 2017 y The Healer muestra a unos Santo Rostro en formato trio con Antonio (vocals, bass), Miguel (guitar) y Alejandro (drums) abriéndonos las puertas del más soberano y espectacular Averno comenzando por el muy claramente sludge «One Small Victory». El sonido de la banda es absolutamente atronador, saturado y entregado a la religión Stoner Doom que ya diseñaran Black Sabbath, Saint Vitus o Pentagram con una voz dolorosa y excesiva de Antonio, por momentos hasta tendente al parecido con ‘el Dios Cornell’ en sus mejores años. «Cut My Hand» muestra esa dualidad de la banda entre los ritmos lobregos y reptantes del doom y el stoner más visceral. «Born Again», mi favorita, es el tema más corto y más directo de los cinco temas de los que se compone The Healer, una absoluta montaña rusa de sadismo, lamentos y abominación rítmica, una jodida tormenta del desierto. «The Healer» nos devuelve a las tinieblas con un extenso tema que parece sacado de un monasterio románico con esa voz tratada y ese aura DOOM tan Ghost. El sádico castigo acaba siendo muy doloroso al final… El E.P. acaba con «Hylonome» en donde la banda saca su lado más progresivo con una composición rica en cambios de ritmo y desarrollos, stoner, doom, sludge, progresivo, psicodelia, jazz, bufff… un temazo como la copa de un pino que demuestra lo musicazos que son los de Jaén y la transversalidad con la que dominan diferentes estilos para que The Healer esté lejos, ¡lejísimos! de ser un disco lineal, repetivo y aburrido como muchas bandas Doom centradas en repetir una y otra vez el mismo riff hasta el infinito.
Lo dicho, este su tercer trabajo sigue demostrando el nivelazo en el que se encuentra una de las formaciones más demoledoras del Sur del país. El Infierno es más que suyo…
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El disco con sus ‘cinco pócimas’…
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