Fue practicamente desde la primera vez que vi la portada de este disco me resultó muy llamativa, esa cierta inspiración oriental, cultura de la que la banda madrileña toma su nombre por cierto. Kitsune Art riegan las doce canciones que moran en este álbum de una reconocida influencia del metal de cambio de milenio, junto a la portada, creación de Oscar M. Martín, cuyo trabajo con Marvel entre otros es reconocido. Durante todo el disco, pleno de fuerza y vigor, gracias sobre todo a unas guitarras poderosas que combinan con los retazos de melodía que combina su vocalista con instantes de furia, se ven reflejado en el sonido que trajeron grupos como Linkin Park, P.O.D., Killwitch Engage o System of a down, el frente visible de ese denominado metal alternativo. Este disco de Kitsune Art suena realmente adictivo, primero porque las canciones, lo importante del meollo, tienen bastante gancho y poder como para no quedar en una prueba sin fuerza, y segundo por la buena producción del disco.
Abren con «Fading away» y tanto esas guitarras como las programaciones colocan las cartas sobre la mesa. «Keep the flame inside», incide en el sonido, introduciendo partes más limpias, y esa forma de cantar cortante tan propia del rap metal. «Puppets» crea la atmósfera necesaria desde un segundo plano para introducirnos de lleno en pleno metal alternativo. «My mind» es un medio tiempo intenso, pasado por le tamiz de su sonido. «Demons & Angels» continua refrendando esa levantada de pedal que comenzaba con la canción anterior, ofreciendo otro medio tiempo intenso, siempre desde la perspectiva de su forma de entender el metal. Con «Last breath» vuelve la caña, acelerándose al máximo, con la batería a mil por hora.
«Chi», es la mejor ofrenda a ese metal de final del siglo pasado, nu metal o como queráis llamarlo, recalcando las virtudes del estilo. «The antagonist» vuelve a recrean momentos más duros, potentes, con una simbiosis guitarras/batería que aporta muchísima contundencia. «Those memories» se convierte en una ruleta rusa, de emociones y pegadas, que le dan muy buena pinta. «Another chance» cuenta con una grandísima introducción de las que te va poniendo los dientes largos antes de comenzar el ataque frontal. «Lost soul» y «Withered rose» ponen punto final a una banda que apunta muy buenas maneras y que no teme mirar hacia otra dirección diferente que la mayoría.
0 comentarios