Puede ser que los domingos estén hechos para bailar, como decían Burning, y sus mañanas para descansar, como piensan el común de los mortales, pero yo en estos séptimos días de la semana, ahora que no combato resacas, al menos no tan a menudo, me levanto temprano corriendo hacia la cafetera, para abrazar con las frías manos del otoño, la humeante taza de café, que me de el primer chute de energía. Mientras la luz de mi ordenador ilumina un pequeño trozo de salón, como faro diurno que me muestra su claridad, para ir editando historias pendientes, con su continuo vaivén que me susurra, el rock and roll nunca duerme ni descansa, el ventanal convertido en terraza, me muestra un domingo oscuro que amenaza con llover, con escupir con rabia toda el agua contenida. Y cada situación, como cada estado de animo, me suscita una banda sonora determinada, y no se por que, pero hoy necesito estremecer mis huesos al ritmo de las posibles y futuras gotas de lluvia, así que busco entre mis discos, y me paro frente al desaparecido y añorado Jeff Buckley y este «You and I».
Un solo disco bastó a Buckley para ser admirado por todos, pero es que «Grace» no es un disco cualquiera, ni él un artista cualquiera, es de aquellos capaces de tocarte la fibra, de convertirse en heroína para tus venas, y eso no está al alcance de cualquiera. Esa sensibilidad que escapa de cada una de sus composiciones, de su forma de interpretar sus canciones, hace que sea diferente, único, perteneciente a ese club de los inmortales, donde por desgracia, solo se ingresa con billete de ida. Este «You and I», refleja esa intimidad del artista, del genio, porque posiblemente, no estuviese pensado para que un día viese la luz, pero ya sabéis, que en estos tiempos, es a veces preferible rascar el bolsillo del oyente, a base de rebuscar en archivos que no apostar por sangre nueva. Y aunque muchos, yo incluido, agradecemos la edición de este tipo de historias, no deja de apenarme a veces, pensar como el mercantilismo se coloca por encima de otras cosas realmente esenciales.
Este disco no es más que una forma de entender la música por parte del propio Jeff, una colección de canciones que estaban entre sus influencias (junto a un par propias), entre su forma de entender la música, grabadas poco antes de plasmar su obra perfecta. Dylan, Led Zeppelin,The Smith… con la magia e intensidad propia de la que era capaz de transmitir. Imposible no olvidar cualquier circunstancia cuando suena «Calling you», y pensar que al final, uno se queda con lo que realmente le importa. ¡Cuanto te echamos de menos, Jeff!
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