Llevo ya un par de semanas prepárandome para reseñar este disco, pero reconozco que lo he ido posponiendo con alevosía y nocturnidad, ya que cada vez que me sentaba delante del ordenador con «As you were» sonando, terminaba centrándome única y exclusivamente, en recrearme en las canciones de este disco de Elijah Ford. Hijo del conocido Marc Ford, de casta le viene al galgo, se podría decir, aunque el ha mamado suficientes tablas, tanto con la banda de su padre como con la de Ryan Bingham, hasta que en 2012 decidió que era hora de volar en solitario, de enfrentarse a esos fantasmas personales que tantas veces arrastra un apellido. Aquí llega con su tercer disco, de clara vocación pop, sobre todo presente en las melodías vocales, muy importantes durante todo el disco, que oscila entre interesantes tiempos rockeros. No duda en afiliarse al mejor sonido del rock americano, y canciones como las dos primeras del discos, «Try as you might» y «The way we were», se van convirtiendo con cada escucha, en compañeras de viaje.
Del exceso de melodía de «Say the words» al interesante «Blessed», recorremos este disco de ambiente íntimo. «Black & Red» vuelve a levantar el vuelo, con esas guitarras. Quizás «Hollow years» sea de las composiciones menos acertadas de este disco, lo que no significa que no tengan su punto. Movimiento interior para encontrarse con si mismo, es la dirección que toma la bonita «Dagger». The Beatles aparecen como referencia palpable en «If not today», que nos conduce hasta «Relief» y «Faltering» que ponen punto y final a este disco. Un buen disco, que como ya dije al principio, me ha gustado mucho, aunque para mi gusto, le falta un poco de garra.
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