Tenía muchas ganas de encontrarme una serie de estas características Pupilos, una serie en la que la trama principal y las secundarias sean redondas, una serie en la que todos y cada uno de los personajes brillen con luz propia y se ahonde realmente en el devenir de los hechos para con los acontecimientos relatados, en definitiva, una serie redonda que he disfrutado mucho a pesar de todo el drama y las desgracias contenidas en la misma. He de agradecer a Nikochan, del blog «Nikochan Island» que me haya convencido y seducido porque ha dado en el clavo.
La primera temporada comienza con un misterioso asesinato y se desarrolla con el drama familiar, la investigación, el proceso judicial y las consecuencias del mismo teniendo el racismo y la xenofobia un papel determinante en la historia.
La serie de la cadena ABC, dirigida y creada por John Ridley (12 años de esclavitud), da en el clavo en muchos sentidos, no sólo el reparto es espectacular y exquisitamente bien escogido con los espléndidos Felicity Huffman y Timothy Hutton llevando el peso, sino que la historia te atrapa desde un principio, todo se va encajando, o mejor dicho, ‘desencajando’ tras un aparente asesinato ‘racial’ que luego no lo es tanto. La trama va dando envites gracias/por culpa de las tramas secundarias, que van liando la madeja dándote cuenta en pequeñas dosis que nada es lo que parece y que todo el mundo oculta su pequeño drama relacionado de alguna manera con el homicidio inicial.
La historia de la parejita racial ‘implicada’ es absolutamente espectacular, un jodido drama de ‘enganche’ en todos los sentidos, tanto emocional como en lo referente a las adicciones que sufre ella (espléndida Caitlin Gerard). Pero no menos interesante es lo que se va descubriendo poco a poco entre las familias del matrimonio atacado dándote cuenta de que las víctimas, quizás nunca lo fueron tanto y que el racismo xenófobo siempre estuvo latente de alguna manera. El final llega a ser realmente sorprendente…
La segunda temporada es igual o incluso hasta superior a la primera. Esta vez todo ocurre a partir de una sospechosa violación que sufre un chaval de ‘clase trabajadora’ en una fiesta para estudiantes ricachones y jugadores de un prestigioso equipo de baloncesto. Los patrones de guión son parecidos a la 1ª temporada pues los hechos no son nada claros y todo el mundo, incluso las familias, va a estar implicado de una u otra forma. La mayoría del reparto de la 1ª repite con roles muy distintos en esta segunda y vuelves a corroborar la calidad de los actores, incluso del reparto adolescente con un trío masculino (víctima-agresor-instigador) muy convincentes para su edad. Eso sí, destacar el excelente trabajo, no sólo de Felicity y Timothy de nuevo, también de Lili Taylor (madre de la víctima) y de Regina King (madre de implicado). No entraré en más detalles, para mi gusto es incluso superior a la primera (y era complicado hacerlo) planteando a la perfección el problema homofóbico estadounidense y teniendo de nuevo como marco de fondo el racismo y la diferencia de clases sociales.
No me podía despedir sin comentaros brevemente el tema visual que, junto con el actoral, son los verdaderos alicientes para quien suscribe y es que, la manera de contar las cosas visualmente es muy fresca y original, muy ‘in your face’, sobre todo en la primera, con desenfoques constantes de objetos y personas en los diálogos, con escenas en plano-secuencia como si de actores de teatro se tratase, con un juego muy interesante de lo que acontece ‘fuera de plano’ y con un control brutal de las elipsis anticipando el diálogo de las escenas a desarrollar. Una ‘delicatessen’ visual que ahonda más si cabe en las personalidades y las miserias de los personajes…
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